La apuesta de Carolina (primera parte)
Fecha: 11/03/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos
... camisa y te quitas el sujetador, voy a por las bridas. —Mientras Carolina hacía eso, Roberto apagó la radio y salió a por las bridas del maletero, cogió también unas tijeras de electricista, para cortar las bridas después por si de verdad tenía la mala suerte de que viniera alguien y lo tuviera que hacer rápido. Se demoró unos instantes mirando a su alrededor, comprobando que tenía una terrible erección, y dando tiempo de que Carol terminase de quitarse todo, cuando volvió Subió todo lo que pudo el asiento del piloto, y echó el tumbó el asiento, pero no lo echó hacia atrás, de hecho, lo pegó un poco al volante. bajó su ventanilla y desde fuera del coche habló. —Vuelve a abrocharte la camisa, lo he pensado mejor, quiero ser yo quien te la desabroche, después arrodíllate sobre mi asiento y saca la cabeza por la ventanilla, solo la cabeza. —Mientras Carolina hacía lo que le habían pedido sin mediar palabra Roberto dio la vuelta al coche y entro por el asiento del copiloto. —Ahora pon las manos a la espalda. —Con dos finas bridas formó un ocho, introdujo en el las muñecas de Carol y cerró las bridas por encima de la camisa con la esperanza de no hacer daño a Carol, no apretó demasiado, si Carolina lo hubiese intentado podría haber sacado una mano con algo de esfuerzo y llevándose algún rozón, después le pidió que pusiera un pie en el suelo del vehículo, había dejado poco hueco contra el volante deliberadamente, le pidió que sacara el cuerpo todo lo que pudiera y agarrase el ...
... asidero superior con las manos para mantenerse sola, después le pidió que subiera el culo todo lo que le fuera posible con una rodilla en el asiento, ella era más alta de lo que había calculado, la quería más abajo así que en esa postura regulo el asiento de nuevo y lo bajó hasta que quedó a su gusto, ahora puso una brida a las manos de Carolina que la unieron al asidero, siguió poniendo una brida en el tobillo de la pierda arrodillada y unió el tobillo a la hebilla del cinturón de seguridad con otro par de bridas, en último lugar con dos bridas gordas unió el muslo de Carolina que estaba estirado al volante, no apretó mucho, no se atrevía a causar daño a Carolina con esas ataduras tan rudimentarias, colocó una brida fina para evitar que las que sujetaban su pierna al volante se movieran y se cayeran.
Mientras Roberto la ataba, un tiempo más o menos corto, Carolina miraba en todas direcciones, preocupada, se daba cuenta de que lo habían hecho mal, o tal vez mal deliberadamente, quedaba mirando de frente hacia los árboles que había al otro lado de la acera, y en la oscuridad más allá de ellos a lo lejos veía las luces de una autovía, podía mirar a los lados perfectamente pero si alguien venía cruzando la calle hacia ellos no se percataría, podía girar la cabeza lo suficiente pero llevaba mucho esfuerzo como para mantenerse así. Se estaba excitando muchísimo, a esas alturas estaría muy mojada y Roberto lo habría notado.
Cuando Roberto acabó de atarla comenzó a acariciarla, sus ...