1. La apuesta de Carolina (primera parte)


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Intercambios Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo pensó, Roberto lo decía en serio, sería una tortura en toda regla, ella no quería parar el juego, ahora mismo se excitaba de pensar que este fin de semana tendría otra sesión de aquello, y que Roberto sin duda sería original, cariñoso, cruel... ella lo haría mejor, y si llegaba al límite solo tendría que parar el juego, en este momento su cuerpo se relajaba, todo menos su sexo, lo pensó demasiado tiempo, Roberto empezó a masajear su clítoris de nuevo con dos dedos pero con mayor celeridad. Carolina gritó de placer, y de agonía, se tensaba tiraba de las bridas e incluso se hizo daño en las muñecas, no habían pasado treinta segundos cuando Carolina gritó con todas sus fuerzas.
    
    —¡FÓLLAME POR DONDE QUIERAS MI SEÑOR! —El grito fue mucho mayor de lo que Roberto esperaba, paró inmediatamente, miraron a su alrededor, ahora asustados, no había nadie en la calle ni en las calles cercanas, pero eso no evitaba que alguien pudiese haber oído algo y se aproximara. Roberto se apresuró a desatar a Carolina con las tijeras, primero eliminó la brida que unía las muñecas de Carol a la agarradera, pero no liberó sus muñecas, luego liberó el tobillo unido a la hebilla del cinturón, y luego la pierna amarrada contra el volante, salió del coche y ayudó a Carolina a salir también, Carolina pensaba que la llevaba a su asiento pero solo la sacó del coche y la hizo tumbarse boca abajo sobre el capó, estaba helado, emitió un ¡Ahí! a modo de queja e intentó apartarse, pero Roberto la contuvo con ...
    ... una mano en su nuca, Carolina dejo de luchar y se rindió a aquel frío.
    
    —Separa las piernas.
    
    —¿y si viene alguien? —Carolina no pudo usar su tono más frío, pero Roberto se lo consintió.
    
    —Ahora vemos perfectamente todo, si alguien viene nos metemos en el coche, a esta distancia nadie nos reconocería y menos se daría cuenta de lo que hacemos o de que vas desnuda.
    
    Carolina pensaba que Roberto podría intentar penetrarla por el ano, y se adelantó.
    
    —Por el culo no mi señor, es un límite infranqueable, tienes condones espero...
    
    —Cierra los ojos, pega tus labios al capó y no se te ocurra decir ni una palabra más o volveré a castigarte, es la hora de tu premio.
    
    Carolina pensó que la penetraría por el ano, hizo lo que le mandó, se tensó, tenía miedo de que le hiciera daño, cuando la punta del pene de su novio se paró en su ano lo tuvo claro, Roberto empujaba con pocas fuerzas, separaba las nalgas de Carol y se contoneaba tras ella, Carolina se excitó muchísimo de nuevo, no quiso pararle. Aunque Roberto apretaba y se alejaba no llegaba a penetrarla, no era su intención, solo quería poner a prueba la confianza y la disciplina de Carolina, después de unos minutos, en los que ella no abrió los ojos ni para ver si alguien se acercaba, en los que no separó los labios del frio coche, ni se quejó de lo que en apariencia le estaban a punto de hacer, Roberto paró, le dijo que podía abrir los ojos y separar los labios.
    
    Carolina miró inmediatamente alrededor para asegurarse de ...