1. Chantaje o placer VI


    Fecha: 13/03/2018, Categorías: Hetero Autor: sireleo, Fuente: CuentoRelatos

    ... la postura de ésta era para verla, pues Inma es más pequeña y le costaba llegar al coño.
    
    Una vez que las dos no hacían nada más que gemir y llamarse zorra la una a la otra, llamé a Eduardo, y éste no tardó en entrar y cerrar la puerta tras de él, mientras ellas seguían a lo suyo, pues no se habían dado cuenta de la entrada de Eduardo, éste, nada más que verlas, sonrió y me dijo que era un cabrón con suerte.
    
    Yo me limité a pedir por los tres, y mientras lo hacían ambas empezaron a decir que se corrían, y explotaron casi a la vez en un orgasmo. Al ir a incorporarse se dieron cuenta de que el camarero estaba allí, y me miraron con extrañeza una y la otra, pero con una sonrisa como si ya lo esperase.
    
    Cuando terminé de pedir, Eduardo se marchó sin decir nada, pero ya tenía la bragueta que le iba a estallar.
    
    Inma me dijo que era un cerdo y que ella no estaba dispuesta a aguantarme esas chulerías, yo sin alterarme me puse de pie y le solté un bofetón, recordándole que si estaba allí era porque quería y porque había aceptado pertenecerme y que ahora no había vuelta atrás, ella me miró, se tocó la cara y se sentó. Le dije que hacía calor y que se quitase la blusa que iba a comer sólo con el sujetador. No discutió, sólo se levantó y se quitó la blusa quedándose con un sujetador también morado como las medias, de encaje, pero que parecería que no le servía de mucho porque las tetas se le salían por todas partes.
    
    Durante la comida, Eduardo entraba y salía como quería sólo ...
    ... por admirar las tetas de Inma. Cuando pedí los postres, le dije a Yolanda que se desnudara y que se quedara sólo con las medias y las bragas de su cuñada, con una sonrisa se puso de pie y se quitó la falda y el jersey, y se volvió a sentar.
    
    Eduardo entró con los postres y los dejó en la mesa, los tres eran postres con nata. Le dije a Inma que se levantara e hiciese lo mismo que su amiga, cosa que hizo, se desvistió quedándose sólo con los zapatos y las bragas, así que las puse a las dos de pie junto a su postre. Les dije que, sin sentarse y con las manos atrás, empezaran a comer el postre. Las dos lo hicieron y de muy buena gana pues las dos estaban otra vez como perras en celo, yo me puse detrás de las dos y tal y como estaban agachadas empecé a follármelas, a Yolanda al ser más alta no me costaba trabajo, pero Inma, por su estatura y menos mal que llevaba tacones, me costaba así que metí la polla en su nata y me puse detrás de ella y empecé a follármela por el culo y sin avisar, por lo que se le escapó un grito, pero sólo atinó a decir: “Me gusta, me encanta, me voy a correr”, yo me salía de una y me metía en otra sin miramientos, hasta que a Yolanda también se la metí por el culo, las dos gemían y gritaban. La primera que se corrió fue Yolanda, que metió toda la cara en la nata para que no se sintieran los chillidos fuera, y después lo hizo Inma pero a ésta no le importo gemir y que la sintieran.
    
    Yo seguí un rato metiéndola de una a otra, hasta que me iba a correr, ...
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