1. Las pajas con mi prima Camila (2)


    Fecha: 14/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... un perro temblando con el miedo. Seguían echando bombas. Llegué a la casa de Camila. La puerta estaba abierta. No quise llevar ninguna sorpresa:
    
    -¿Está en casa, tía? -pregunté.
    
    -Pasa y cierra la puerta -reconocí la voz de mi prima.
    
    Entré en casa. Cerré la puerta. Camila estaba sentada a la mesa de la cocina con un parchís delante. ¿Tan pronto le bajara la calentura? ¿Se estaba riendo de mí?
    
    -Siéntate -me dijo.
    
    -¿Crees que nos va a sobrar tiempo para jugar al parchís? - pregunté, extrañado.
    
    Separó la silla de la mesa. Se levantó la camiseta blanca. No llevaba sujetador. Vi sus tetas, con sus areolas marrones y sus grandes pezones. Tenían una redondez casi perfecta.
    
    -Borrachos como están, los oiremos venir a la legua. Si alguien viene nos dará tiempo a sentarnos a la mesa y hacer que jugamos. Ponte enfrente de mí.
    
    Pusimos las sillas frente a frente, a unos dos metros de distancia. Abrió las piernas y levantó la falda. Tenía unas piernas preciosas, moldeadas, ni gordas ni delgadas. Se echó hacia atrás. No llevaba bragas. Vi las ligas negras donde se empezaban a ver sus blancos muslos, una gran mata de pelo negro y la raja de su coño. Camila comenzó a tocarse las tetas. Saqué la polla. Me dijo:
    
    -No te corras antes de que me corra yo.
    
    -Esperaré por ti.
    
    Con la cabeza echada hacia el lado izquierdo, el mismo por el que bajaba su trenza, y mirando para mi polla, acarició las tetas con una mano y metió dos dedos en el coño.... Los metía y los ...
    ... sacaba... Acariciaba con los dedos mojados el clítoris... los volvía a meter en el coño... A veces me miraba a los ojos para saber cómo iba mi paja, me sonreía y volvía a mirar para mi polla, otras cerraba los ojos.... Seis veces tuve que dejar de menearla para no correrme. Me acuerdo que se sentía la canción de Karina: "Romeo y Julieta•" cuando comenzó a gemir.
    
    -Me voy a correr. ¿Estás listo? -me preguntó.
    
    -Cuando quieras nos corremos -le respondí.
    
    Camila se folló el coño con dos dedos a toda pastilla y a toda pastilla frotó el clítoris con los dedos de la otra mano. Cuando quitó los dedos del coño salió de él un squirt que se cruzó en el aire con el chupinazo de leche que había echado mi polla. Camila, encogiéndose, temblando, con sus ojos vidriosos, y gimiendo, miraba como salía la leche de mi polla. Yo, sintiendo un gustazo, veía como Camila dejaba perdida la silla con su jugo.
    
    Aun tirando del aliento, subió la falda y bajó la camiseta. Cogió un trapo y limpió el jugo de la silla y la leche que había caído al piso de cemento de la cocina.
    
    -Hay que borrar las huellas del delito -me dijo.
    
    Mi polla había quedado mirando al piso. Daba pena verla. Mi prima no era tonta, sabía que esto iba a suceder.
    
    -¿Me la comes ahora como me dijiste que me la comías en tus pajas? -me preguntó, de pie, abriendo las piernas.
    
    Me levanté de la silla y le pregunté:
    
    -¿Puedo besarte?
    
    -Ya estoy caliente...
    
    -¿Y las tetas puedo comértelas?
    
    -¡Tú eres tonto, carallo! Me vas a ...