1. La teta magica de mama 1


    Fecha: 15/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Durante años, he cuidado de mis hijos, los he lavado, mimado y alimertado con mis pechos hasta que han sido capaces de alimentarse con sólidos.
    
    Ahora, estoy embarazada de nuevo, en una nueva vida, con un marido nuevo y una gran familia, formada por mis dos hijos, de mi pareja anterior y el hijo adolescente de mi actual pareja.
    
    Vivimos todos juntos en un chalet a las afueras de una gran ciudad y estamos todos muy ilusionados con el nacimiento de la pequeña princesa que crece en mi vientre.
    
    El día que nació, fué una fiesta para todos, estábamos encantados de tener un bebé que fuera capaz de unir con lazos de sangre a las dos familias.
    
    A los pocos días, ya estábamos todos en casa juntos, yo tenía los pechos muy hinchados por la subida de la leche y la pequeña se agarraba al pezón horas y horas al cabo del dia, con la teta, le daba alimento , le daba amor y le daba consuelo.
    
    Mis hijos, siempre que me sacaba un pecho, se acercabna a tocarlos y besarlos, porque recordaban cuando ellos también los habían tenido a su disposición, y con su inocencia infantil, animaban a mi hijastro a acercarse y hacer lo mismo.
    
    Mis pezones estaba enormes y muy oscuros, y auque intentaba taparlos continuamente, de los ojos indiscretos, entre el bebé y sus hermanos, tenia las tetas fuera todo el día. Mi hijastro me miraba con devoción los pechos, yo pensaba, que maravillado por el milagro de la vida que era capaz de hacer posible que podamos alimentar a nuestros hijo, pero pronto ...
    ... descubrí que no era esa, la causa de su fascinación.
    
    Los días pasaban y mis hijos seguían con su entusiasmo tetil; Una tarde, en la que estaban especialmentes pesados, decidieron que ellos tambien querian teta, sólo una chupadita que estaban muy trites y que querían consuelo, como su hermanita, yo ya harta de tanta tonteriía y agotada al extremo accedía a darles una ración, mientra el bebé dormia , me saqué ambos pechos y acerqué un pezon a cada uno, al que se lanzaron como si les fuera la vida en ello. Así me encontró mi hijastro, cuando vino al salón a ver al tele.
    
    Sin saber a donde mirar, el chico se sentó a nuestro lado , hacia grandes esfuerzos por no quedarse embobado , pero fracasaba extrepitosamente. Uno de mis hijos vió la cara de su hermanastro y le dijo que no metiera prisa, que era su turno y q que él se tendría que esperar. El chico se pueso rojo como un tomate y en vez de decir que él no quería, añadió con tranquilidad que esperaría su turno. Yo, abrí los ojos como platos, esperando que se retractara, pero él me mantuvo la mirada, esperando a que fuera yo quién me negara. Sin darme tiempo a reaccionar, mi hijo pequeño despego su boca del pezon y sin sorltar la teta, se la ofreció sonriente a Juan, que ni corto ni perezoso, acercó su cabeza a mi teta y cogió mi gran pezon entre sus labios.
    
    La sensación fué muy distinta de la boca anteriór, sus labios rellenos y cálidos absobieron mi pezon con un cuidado y un mimo que hizo que me hormiguearan todas las partes ...
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