1. La teta magica de mama 1


    Fecha: 15/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de mi cuerpo, y por mucho que lo intenté, no pude, contener un gemido de placer, que llamó la atención de todos los allí presentes.
    
    Colorada como un tomate y con unas sensaciones que no quería sentir, terminé con las sesión de lactancia, alegando que ya no me quedaba más leche y que su hermana pasaría hambre.
    
    Cuando mi hijastro abrió los ojos, tenía la mirada brillante de pasión, y una erección bastante visible que me tenía transtornada. Como no tenía vergüenza, animó a sus hermanos a repetir todos los días, pues no era justo que sólo la pequeña, tuviera derecho a ese rato de placer y que todos eran iguales ante un buen para de tetas llenas de leche. Por supuesto mis hijos aceptaron encantados y decidieron que a la hora de la siesta del bebé, todos tendrián su ración. yo, no sabía como salir de esta encerrona y dejé el tema, pensando que ya mañana no se acordarían. Nada más lejos, al dia siguiente a las 4 da las tarde, tenía a los tres, esperando en el sofá para su ración diaria de leche.
    
    Así que así estaba yo , otra vez con mis hijos amorrados al pezon y mi hijastro minrando ansioso mis tetas, esperando su turno , con un rabo duro como el cemento, aprisionado en los vaqueros, ansioso de que alguien lo invitara a salir. Como la vez anterior cuando mi hijo terminó le dió el pecho a Juan, que lo cogió con devocion y devoró , salvajemente. Yo , preparada para el placer que me daría, disfruté de cada segundo que duró su ataque.
    
    Como los otros ya habían terminado, ...
    ... salieron corriendo satisfechos a jugar a sus habitaciones, y yo, me quedé, con la cabeza de Juan, apoyada en mi ragazo, mientras con cada mano alternaba un pezon y otro, como si de un manjara se tratase. Chupaba, mordia y estiraba mis pezones con mucha fruición, y yo no podía negar que me moría de gusto. Le empecé a acariciar el pelo mientras mamaba y el gruñó, excitado. Yo cada vez más cachonda , apretaba los muslos buscando un poco de placer entre mis piernas... No sabía como parar aquello, Juan tenía los ojos cerrados y sus manos alrededor de mis tetas vaciando los pechos como un experto mamador y ufff, yo no podía parar de moverme y retorcerme de placer.
    
    El flujo mojaba ya las bragas que llevaba y un deseo como no habia sentido nunca, me atravesaba el cuerpo. Apretando las piernas, y con su boca de ensueño, los dias sin sexo que llevaba desde que nació el bebé y el morbo de la situación , acabé teniendo un orgasmo increible.
    
    Juan sintió mi extremecimiento, aunque intenté disimularlo. Presa de lo excitado que estaba, alargó su brazo, se frotó sobrel el pantalón su gran pene y en dos segundos, tenía una mancha húmeda y un gemido extasiado salió de sus labios.
    
    Cuando fui, consciente de lo que habíamos hecho, me levante del sofá y huí a mi cuarto, cachonda y confundida como nunca.
    
    Esa noche, no preparé la cena, ni me hice cargo de nada que no fuera mi bebé. Me encerré en mi habitación algando cansancio y mi pareja se ocupó de todo en casa.
    
    No era capaz de miramlo a ...