1. La teta magica de mama 1


    Fecha: 15/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la cara, la vergüemza de lo que había ocurrido, me llenadaba de culpa y malestar, y no sabia como actuar, auque Juan, ya era máyor de edad y estaba harto de follar, no dejaba de pensar que había abusado de un niño y que estaba enferma.
    
    Por la noche; cuando Luis se acostó a mi lado sentí que debía resarcirlo, y hacerme pendonar, entregarme a él de un modo que nunca había hecho, así que, me acerqué a su oreja y empecé a susurrarle, todas las cosas que le haría y las que deseaba que él me hiciera a mí. Le dije, que deseaba lamerlo de arriba a abajo, chupar su polla hasta dejarlo seco, lamer su culo y penetrarlo con la lengua, hasta que se muriera de placer , y después, poner mi culo a su disposición, para que vaciara su semén en mis entrañas hasta el fondo, fondo, como sabía que a mí me gustaba. Que lo deseaba, ciegamente, que lo amaba y que quería perderme en él.
    
    Empecé a hacer todo lo que había prometido , a lemer y chupar cada parte de su cuerpo, mientras él se retorcia, excitado en la cama. Sus pezones pequeños y duros agracecían mis atenciones, mordía y luego lamía y él se encendia más y más. En algún momento mis pechos se pusieron en marcha y empezaron a gotear sobre él, que no dejaba de restregarse por el cuerpo las gotitas que le caían. Me calentaba mucho la situación, mis tetas dando comida y placer, tan polivalentes, con tantas posibilidades. Quería que él también las probara y disfrutara, como había hecho esa ...
    ... tarde su hijo. Le puse una en la boca y gimió como nunca, cuando empezo a beber, a extraer la leche que notaba como salía a chorros y llenaba su garganta.
    
    Dios, que placer...no me pude resistir y me clavé en su polla dura, mientras él mamaba sin parar.
    
    Me movía despacio, pegando mi clítoris a su pubis, para buscar más placer, era una sensación incrible, no queriía que terminara nunca, cuando me soltó el pecho y cogió el otro, me corrí. Me corrí tanto que grité su nombre sin parar. Por suerte no deperté a nadie que se hiciera notar.
    
    Cuando él notó como lo ceñia con mi orgasmo, sin dejar la teta, empezó a bombearme desde abajo y en dos minutos estallamos los dos en un orgasmo salvaje, que desde luego a mí me dejó temblando.
    
    Cuando por fin me soltó el pezón, yo ya estaba dormida y en el septimo cielo.
    
    En lo que a mí me pareció un segundo y en realidad fueron dos horas, me despertó mi pequeña reclamdo el alimento, que era suyo por derecho y que hoy había tenido que compartir con toda la familia. Preocupada por si no tenía suficiente la acerqué al pecho y empezó a mamar. Las tetas se pusieron en marcha y le dieron, todo que necesitó para quedarse dormida de nuevo.
    
    Yo me maravillé, de las difentes sensaciones que tenía con mis hijos en el pecho, a lo canchondísima que me ponían las bocas de Juan y Luís en ellos. Como el cerebro conseguía saber la diferencia y excitarse con unos y relajarse con otros.
    
    CONTINUARÁ..... 
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