1. El amor de una madre


    Fecha: 16/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: diegovi, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentir sus músculos vaginales, estirarse, luego romperse, liberando un dolor masoquista exquisitamente intenso, mientras el puño recorría con pericia todos los profundos recovecos de su vagina. En el fondo, era consciente de que el Botox había paralizado sus músculos, lo que hacía que se mantuvieran rígidos, y que por ende la mano de Steph los fracturaba, y los demolía, no solo en los ligamentos, sino que causaba un gran trauma por estiramiento, millones de micro desgarros en todas partes, arruinándolos, inutilizándolos, para siempre. Ella se habría asustado, pero estaba tan abrumada por la sensación, que apenas podía pensar.
    
    Pero de alguna manera no importaba. Todo lo que importaba eran las increíbles sensaciones que la mano invasora y su boca le estaban produciendo. Steph se detuvo momentáneamente y relajó la mano, dejando que se abriera dentro de Mary, mientras acomodaba su otro brazo. Comenzó a deslizar los primeros dedos de su otra mano, Steph tomó el pequeño capuchón de Mary con su boca lo deslizó suavemente con sus dientes, dejando su pequeño y sensible clítoris totalmente al descubierto.
    
    La mente de Mary se perdió cuando las increíbles sensaciones del fisting y el gentil mordisqueo de Steph en su clítoris le provocaron un escalofrío orgásmico. Casi, pero no lo suficiente. Podía sentirse justo al borde de un orgasmo demoledor, pero Steph soltó su clítoris, impidiéndole alcanzarlo. Mientras había estado distraída con su casi orgasmo, Steph había terminado de ...
    ... deslizar su otra mano dentro de su cuerpo, de modo que cuando le dijo a Mary que mirara, pudo ver las dos muñecas de Septh atravesando con fuerza sus estiradísimos, inflamados y destruidos, labios vaginales.
    
    Steph comenzó a cerrar sus manos, formando un par de puños enterrados profundamente dentro de Mary, estirando, rasgando sus fibras musculares, rompiendo y aflojando sus ligamentos, destruyendo su elasticidad, produciendo cientos de pequeñas fracturas musculares que no se podrían contar, pulverizando su joven coño, y convirtiendo sus paredes vaginales en papilla, una blanda papilla sanguinolenta. El hematoma le impediría caminar al otro día. El trauma fue equivalente al que producirían varios partos repetidos, y todo en segundos, no en horas. Y con el botox eliminando de por vida cualquier esperanza de hacer ejercicios de Kegel, o de cualquier tipo, para recuperarse.
    
    Bajó la cabeza de nuevo, y comenzó a pasar su lengua húmeda sobre el clítoris expuesto de Mary. La conmoción y la intimidad de la boca experta de Steph enviaron a Mary directamente al borde del orgasmo. Cuando por fin llegó, pudo sentir que los dos puños eran forzados profundamente dentro de ella, ahora se movían rápido, luego muy rápido, luego despiadadamente, golpeando, más duro, más duro, más rápido. Hizo ruidos atroces, como una bota agitada en un barro espeso. Ahora estaba batiendo sus puños con fuerza, usando todo su peso corporal para apalancar, gruñendo con esfuerzo, como un luchador en el ring,
    
    La ...
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