1. Conflicto. Sexo en el consultorio, pared por medio espera el marido


    Fecha: 17/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    El presente testimonio está en tiempo real, se está desarrollando, desconociendo su definición o desenlace. Alterando un poco el entorno, por obvias razones de privacidad, intentaré exorcizar estos hechos que me tienen como arte y parte, intentando de ser todo lo objetivo posible por ser partícipe y particular interesado.
    
    Tengo cincuenta y cinco, voy por mi tercera relación, solo la primera con libreta. Mi mujer está con una enfermedad motriz, hace casi dos años. En este tiempo he sido fiel y leal, como corresponde a cualquier persona bien nacida.
    
    Soy un profesional de la medicina, no tenemos hijos, para su atención he contratado los servicios de una señora que se ocupa de ella. Durante este tiempo para sobrellevar esta pesada mochila, salgo a jugar pool con amigos, trato de gastar todas las energías en el squash, como paliativo para superar este difícil trance.
    
    Una tarde pasó por mi consultorio (soy ginecólogo) una hermosa mujer, de treinta y cinco briosos años, por su segunda unión, con dos adolescentes del primero. En mi especialidad es bastante frecuente que cuando la mujer venga a la consulta ingrese acompañada por su pareja, situación que con ella no se ha dado. Mientras se realiza la consulta, su esposo espera en la sala de recepción, puerta por medio. Esta mujer madura pero tan bien cuidad por la actividad física y las clases de salsa a que es más que adicta, como habrán notado ella es una mujer que me seduce de solo imaginarla, por tal motivo cuando ...
    ... asiste a la consulta periódica trato de que se prolongue al máximo dentro de lo prudente. Mi aprecio por ella, es algo que ella se ocupa por demostrar que no le soy indiferente, en esta ocasión había recomendado unos análisis, con tal de volver a tenerla en mi consultorio, arreglé una nueva consultad para dentro de dos días.
    
    Arreglé el horario de las consultas para ese día, haciéndome un espacio suficiente para poder tenerla más tiempo, era lo que más deseaba. Los días previos había tenido una bruta erección de solo imaginármela entre mis manos, casi podría decir que esas noches previas, Lía, tal su nombre de ficción, había ocupado mis sueños más eróticos.
    
    Acudió a la cita, con la excusa de realizar un examen ecográfico, de ese modo teníamos un tiento extra para estar solos los dos en el consultorio, mientras el marido la espera. Ella estuvo bien demostrativa de aceptar este juego de seducción, más aún demostraba complacencia sin demasiada timidez, lo que me permitió entrar en temas más personales.
    
    El “esperante”, más preocupado por el riego país y la suba de la bolsa que por sus necesidades de cama. El antes amante, quedó en el pasado, ahora era solo seguridad económica para ella y la consabida rutina de la seguridad conyugal.
    
    No disponíamos de tanto tiempo para extendernos en nuestras cuitas y dialogar más cómodamente pero abrimos una venta en el contacto personal, acordamos establecer esa vía para poder seguir platicando de “nuestras cosas” dijo ella, con una ...
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