Mi hermana consigue lo que quiere
Fecha: 18/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: lololo, Fuente: CuentoRelatos
... habías ido al pueblo con los papas… -mientras hablaba, me rozaba constantemente con los pies en las piernas, desde la rodilla hasta el empeine, y vuelta a empezar.
– Hmmm… -vacilé, girándome hacia el otro lado. El motivo no era “hacerme el duro”, sino que físicamente estaba duro: tenía una erección matutina casi dolorosa, y no quería que la notara.
– Hala, veeengaaa… -imploraba.
– Así que por eso te afeitabas el otro día el chocho, ¿no? ¡Jajaja! –bromeé al fin.
– ¡Jajajaja claro querido Watson!
– Bueno, pero no folles con tíos en el sofá por favor. ¡Que no quiero sentarme encima de la corrida de alguno! –le pedí.
– Vaaaale jajajaja –aceptó al tiempo que me daba un empujón. Al devolvérselo, le di sin querer con la polla dura en la tripa, y se dio cuenta-. Uy. ¡Uy! ¡Si estás empalmao! ¡Jajajaja! ¡Esto sí que no me lo esperaba!
– ¡Quita imbécil! –dijo algo nervioso.
– Jajajaja vale vaaale, te dejo tranquilo –y salió de la cama-. ¡Para que te la casques a gusto pensando en lo que viste anoche jajajaja! –Y me agarró durante un par de segundos el miembro por encima del calzoncillo, simulando hacer una paja.
Mientras se iba, se bajó la braga un palmo, enseñándome el culo mil veces visto, pálido, redondo y perfecto, y de esa guisa se alejó andando.
– Capulla… -mascullé.
Esa misma noche había quedado con unos amigos de la facultad. Tenía ganas de juerga después de tanto estudio. Le dije a mi hermana que saldría, más que nada para que tuviera ...
... cuidado si traía a alguien a casa.
– Vale enano, yo también he quedao con estas –me informó.
– Pues si eso te doy toque por la noche a ver dónde estáis, pero vamos que creo que estaremos por el Casco así que no creo que te vea.
– Vale, vale, nosotras iremos a la Zona como siempre –apuntó Marta.
Salí con mis amigos, como habíamos previsto, por los bares del Casco. Nos echamos unos cuantos cubatas, y ya íbamos con el puntillo. Estando en un garito no muy grande, pero lleno de tías, vi un grupo de féminas con el que pensé que tendría posibilidades, y me quise acercar. Pero en ese momento me pegaron un tirón de la camisa. Me giré y era Marta.
– ¡¡Eeehhhh ese enanoooo!! –yo estaba cascao, pero era evidente que ella iba peor.
– ¡Hombre! ¡Al final no habéis ido a la Zona…! –tenía que hablar a gritos, para que me oyera con la música alta del bar.
– ¡Nooo, al final aquí! –exclamó mi hermana.
Me cogió de las caderas y se puso a bailar sensual. Yo la acompañé, agarrándola por la cintura. Pero ella cada vez se refrotaba más; apretaba su cuerpo con el mío y podía sentir sus tetas que se chafaban contra mi pecho. Le seguí el juego y acaricié sus hombros y brazos, tal y como lo haría con una chica a la que me quiero ligar. Entonces me puso ambas manos en el culo y apretó, y me atrajo contra sí. Ahí ya me pareció que se estaba pasando un poco.
– Marta… qué haces tía… -le susurré al oído.
– Calla –me ordenó, y continuó con su cadencia.
Dejó el culo y se puso a ...