1. Fogosos adolescentes


    Fecha: 18/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... gusto. Mira cómo tienes la polla...Lo palpé, pasé las dos manos por sus abdominales y por sus costados, bajando desde las axilas hasta su cintura. Toqué sus fuertes brazos, también suaves y duros, tenían alguna venita marcada, lo que le daba un aspecto explosivo. Él ponía esa cara de niñato buenorro y vacilón que sólo él tiene, y comenzó a besarme. Miré ese verde nórdico de sus ojos, y esa piel que se tostaba al sol, y me quise morir. Jugó con mi lengua, jugaba con su saliva, dejaba que entrase un poco en mi boca, eso me excitaba. Bajó sus manos hacia mi pantalón, empezó a tocarme la polla por encima de la tela. Yo, mientras, toqué su culo y apreté su polla contra la mía, nos apretamos fuertemente. Me quitó el pantalón, se lo quitó él, dejando su polla libre. Me estaba volviendo loco, me había hecho miles de pajas pensando en ese chaval, y me estaba manoseando, estaba en su posesión.Fuimos a un sofá que había en el almacén, me cogió, humedeció un poco mi culo y me dijo:- Vamos a disfrutar de nuestros cuerpos, ¿no?Yo le pregunté:- Sí, iba a meterme un dedo para dilatarmeA lo que me contestó:- ¿Un dedo? Eso son mariconadas, la primera enculada es la mejor, se te graba a fuego en la memoria, ¿y tú te la quieres perder?El corazón se me salía por la boca, estaba excitadísimo, Erik estaba en el sofá, con su polla tiesa y dura apuntando al techo, y esperando con su cuerpazo en tensión, y con gesto de superioridad. Me acerqué a él, me subí al sofá, lo cogí de los hombros y fui ...
    ... acercando mi culo a la punta de su polla. Acerqué mi culo, y me metí la punta, Erik sonreía y me decía:- Bien, colega, métetela toda, como los machos, no me seas maricón ahora, ¿eh?Me importó una mierda si me iba a doler o no, si me iba a hacer daño, y todo eso. Estiré mis piernas hacia adelante, y la fuerza de la gravedad se encargó de que aquella polla, considerablemente gruesa, fuera deslizándose fuertemente por dentro de mí. El dolor fue intenso, me abrió por la mitad, me quedé sin aliento. Erik jadeó. Me cogió por los hombros e hizo fuerza hacia abajo, para que su polla entrara hasta el fondo de mi culo. Hasta que mis cojones chocaron con los suyos. Estábamos perfectamente acoplados.Había sentido aquella pieza entrar tan rápidamente, tan suavemente, y tan fuerte, que hizo que viera el cielo. Pero abrió mi culo virgen de un pollazo, y aquello dolió mucho. Me tuvo así un rato, me hizo botar un poco sobre su polla. Me puso a cuatro patas y me la volvió a clavar. Mientras me follaba me decía cosas que me ponían a cien:- Venga putito, ¿no querías disfrutar de mi cuerpo? Estoy seguro que te has matado a pajas pensando en este momento. Te gusto, ¿eh?Cuando decía eso, aumentaba la velocidad de sus enculadas, que eran ya muy fuertes. Gritaba, jadeaba, me estaba reventando. Notaba la parte inferior de su firme vientre golpeándome las nalgas. Estaba extasiado.No me dejó ni un sólo momento tocarme la polla, yo debía de gozar sólo con lo que hacía la suya. Antes de correrse paró. Se puso ...