1. Secretos entre Primos (Parte 2)


    Fecha: 19/03/2018, Categorías: Incesto Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... recompensa. No todos están dispuesto a arriesgarse, aunque todos quisieran la fabulosa recompensa. Y elegir arriesgarte, te hace ser un hombre valiente y de corazón sincero. No mereces sufrir por alguien que no lo vale, más bien, él debería lanzarse por un precipicio al perder la maravillosa oportunidad de estar con alguien como tu. Sonrió avergonzado y le devolví la sonrisa. No sé en que momento terminamos en esta situación, y me sorprendía comprobar la magnitud del daño que ocasionaba un corazón roto. Me miró agradecido por mis palabras y quedé prendido en su cálida mirada. Me acerqué más a él y le deposité un suave beso en los labios, provocándole un pequeño desconcierto. -No me esperaba eso –dijo con una tierna sonrisa. -Yo tampoco -respondí-. Sólo me dejé llevar. -Deberías hacerlo más seguido -bromeó-. Sueles ser muy rígi. No lo dejé terminar y le di otro beso, pero éste duró más que el anterior. Tomó participación y el beso fue aumentando su intensidad, haciendo que no quisiera apartarme de él. Luego de unos segundos un atisbo de conciencia se asomó, y me di cuenta que había tomado mucho vuelo. Pero le hice caso a mis propias palabras y me dejé llevar. ¿Qué más da? ¿Qué ganaba negando que me fascinaba lo que hacía? Federico me había inspirado con su confesión y decidí convertirlo en mi modelo a seguir, y comenzaría arriesgándome por lo que quería. Y además, debo admitirlo, me calentaba a niveles globales su presencia, y me agradaba tener un buen momento para lanzarme a ...
    ... él sin parecer un desesperado. Me alejé para tomar un respiro y volví al ataque, pero él me frenó en seco: -¿Estás seguro que quieres continuar? -preguntó preocupado-. Hace unos minutos no te veías muy a gusto con la idea. -Supongo que me hizo cambiar de opinión saber que eras mucho más considerado que Pablo -respondí-. Y. bueno. soy un adolescente. Quiero sexo a cada momento, y esta vez me siento mucho más cómodo. No necesitó más argumento y se lanzó a comerme la boca. Era genial el sabor de sus labios y la manera tan excitante en que se movía su lengua dentro de mi boca. Nuestras manos se comenzaron a mover en una danza que sólo nosotros sabíamos, y nos fuimos acoplando de manera espontánea. Nuestras erecciones estaba prácticamente en contacto, y sólo la tela de nuestra ropa interior evitaba que nuestros penes se tocaran libremente. Todo mi cuerpo me pedía más y lo demostraba en los rítmicos vaivenes y movimientos de cadera que me provocaban su besos. Gemí en su boca cuando su mano recorrió mi pecho y cintura, para que luego descansara en mi muslo. Amaba sus movimientos y, sobretodo, el hecho de que lo que hacíamos era algo que se iba dando de forma natural e improvisada, sin las ordenes y manipulaciones que realizaba Pablo. Hundí mis dedos en su cabello y jugué con sus rizos, a la vez que él comenzaba a bajar mi slip lentamente. Me sorprendió saber la manera tan relajada que respondía mi cuerpo ante sus movimientos, y me di cuenta que me sentía completamente relajado y en ...
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