1. Secretos entre Primos (Parte 2)


    Fecha: 19/03/2018, Categorías: Incesto Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... confianza con él. Federico entendió que iba por buen camino y continuó con más desenvoltura, atreviéndose a tomar mis nalgas y a apretarlas. Desde allí ya no hubo retorno y nos envolvimos en besos y caricias. Al cavo de unos segundos ambos nos encontrábamos completamente desnudos, con nuestras vergas apuntando al cielo y con nuestras manos en diversas partes de nuestros cuerpos. No aguanté mucho y me lancé a conocer su pene de cerca. Medía casi lo mismo que el de Pablo, sólo que este era ligeramente más grueso y de un sexy color dorado-bronceado. Lo rodeaba una capa de bello rizado y recortado, dándole un toque pulcro y ordenado. Sus huevos colgaban con gracia completamente lampiños, y de un tono más oscuro que su pene. Su glande era de un rosa pálido, muy turgente y apetecible, y con un pequeño lunar a milímetros de su uretra. Sin que me lo pidiera, metí su glande a mi boca y lo succioné con fervor. Una gran gota de pre-semen cayó en mi lengua y la saboreé con gusto bajo su atenta mirada. Su mano se fue a mi espalda y de ahí bajó hasta mi trasero para masajearlo y jugar con el. Todos los poros de mi cuerpo se crisparon cuando su dedo hizo contacto con mi ano, causándome un divertido gemido que se ahogó en su glande. Decidí innovar un poco, y bajé por el tronco de su verga hasta llegar a sus huevos. Cuando mi lengua tocó su escroto, éste reaccionó contrayéndose lentamente. Abrí mi boca y atrapé su testículo derecho tirando levemente de él. Se llevó una mano a la boca para ...
    ... reprimir el gemido, a la vez que yo sonreía internamente. Luego de unos minutos, Federico se levantó y me indicó que me recostara. Se colocó entre mis piernas y tomó con firmeza mi verga. -¿Qué haces? -pregunté sorprendido. -Es un poco obvio, ¿no crees? -Bueno, sí -contesté avergonzado-. Es sólo que es la primera vez que. -Oh. Te gustará. Sin agregar más se introdujo mi pene en sus fauces. El calor húmedo envolvió mi carne llevándome a lo alto, coronando con un gemido que me provocó su primera succión. Aquí sólo había placer, y tenía que cubrirme la boca para no gritar con lo que me hacía. Su lengua se movía por el contorno de mi mástil mientras que su mano izquierda jugaba con mis huevos y su mano derecha comenzaba a incursionar en mi ano. Se tomó un segundo para humedecer su dedo y luego lo fue metiendo en mi agujero, sin para de succionar mi glande con potencia. Su nudillo tocó mi carne con facilidad y, sin perder tiempo, empezó a mover sus dedo en mi interior. Las ganas de gritar de gusto se me estaban haciendo incontrolables. Jamás pensé que se podían sentir tantas cosas deliciosas a la vez. No me di cuenta cuando ya tenía dos de sus dedos dentro de mi, aumentando más la presión en ese punto tan oculto y provocando que saliera borbotones de liquido pre-seminal. De un segundo a otro la mamada comenzó a aumentar su ritmo haciéndome ver estrellas. De pronto todo se volvió blanco y mi respiración se atascó. Una corriente recorrió cada fibra sensible de mi cuerpo, haciéndolas ...
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