1. De chico a puta: Así salió la mujer que llevo dentro


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Gays Autor: Tugatito, Fuente: CuentoRelatos

    ... Eso ayudó mucho, y lo que antes era sólo un dedo, se transformó en dos dedos, lápices o bolígrafos. No fueron sólo eso, sino que otros objetos empezaron a ser comunes en mis masturbaciones, como unas pequeñas pelotas de ping-pong que disfrutaba metiendo en mi ano y después expulsando con fuerza. Ahora sí podía decirlo, me gustaba el sexo anal.
    
    EL TANGA DE MI MADRE
    
    Día a día me masturbaba, tenía eyaculaciones penetrando mi ano al masturbarme. Pero poco a poco la cosa fue cambiando. Cada vez, era para mí más complicado tener erecciones incluso cuando introducía objetos en mi ano. Sin embargo, yo seguía penetrándome analmente, disfrutando de como mi culo se abría más que nunca, del pequeño dolor que se siente cuando los objetos son expulsado, del roce con la entrada. Cada vez, mi masculinidad era menor, había perdido cualquier deseo de penetrar a nadie, hombre o mujer, y sólo podía disfrutar de mí penetrándome. Me había vuelto, sexualmente, una mujer que de lo único que es capaz es de recibir. Sólo quería, ser una perrita sumisa e indefensa ante un gran pene.
    
    Necesitaba dar un paso más, aquello ya no era suficiente para mí. Y el siguiente paso en mi camino, fue el de vestir la ropa de una mujer. Cuando estaba sólo en casa una tarde, me dirigí al cuarto de mi madre y su pareja. Allí, abrí un de los cajones del armario, y saqué de él la prenda que consideraba más femenina. Era un pequeño tanga de hilo, de color negro con unas pequeñas flores naranjas en la parte ...
    ... delantera. Pronto el deseo de usarlo se apoderó de mí, y en un arrebato de ansiedad me desvestí rápidamente para proceder a ponerme la prenda. Entonces me di la vuelta y me miré al espejo. Allí estaba yo, completamente desnudo, vistiendo sólo aquella pequeña prenda de mi madre. La sensación al principio era algo incomoda, y sentía el hilo de aquel tanga rozarme mi culo, así como este oprimía fuertemente mi pene pequeño pene flácido. Pero me gustó, me estaba sintiendo como hace tiempo quería, de la misma forma en la que se siente una mujer. En un momento de fantasía, me puse a cuatro patas sobre la cama. Lo primero que vino a mi cabeza es la imagen de mi madre, con aquella misma prenda, a cuatro patas y con su pareja, el macho que la dominaba y que noche tras noche desfogaba en ella haciéndola mujer. Poco a poco la imagen de mi madre y aquel hombre fue desvaneciéndose, y en su lugar estaba yo. Estaba yo, con aquel mismo minúsculo tanga, imaginando como un hombre maduro como la pareja de mi madre me penetraba a embestidas mientras jadeaba intensamente disfrutando de mi ano.
    
    PRIMERA NOCHE DE PUTA
    
    Así pasaron los días, y aun vistiendo ropa de hombre, comencé a salir a la calle vistiendo en el interior ropa femenina que me compraba en secreto. Disfrutaba yendo en especial a centros comerciales, entrar en baños de mujer, y orinar sentado en el inodoro de igual manera que lo hace una mujer, sentada con el tanga en las rodillas. Estas experiencias de masturbación y ropa femenina duraron ...