1. Mi gusto por los maduros comienza así


    Fecha: 25/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Samantha Maggie, Fuente: CuentoRelatos

    ... comérmelo a besos. Luego de unos minutos, Manuel me dijo que abriera bien la boca –Me encantaría ver tu carita tierna con mi verga en la boca-
    
    Cuando abrí más los labios, él me empujó su instrumento hasta la garganta y no lo sacó sólo hasta que yo di un par de arcadas. –Disculpa pero me encanta que me lo mames así ¿Está bien?- Me preguntó.
    
    Yo lo veía a través de mis ojos llorosos y le contesté que sí –A mí también gusta- y volví a abrir la boca para que ultrajara mis labios de nuevo.
    
    Estuve mamando de esa forma enloquecida durante un rato, mirándolo a los ojos, sabiendo que le fascinaba la expresión que tenía al comerle la verga, al mismo tiempo que descubría lo mucho que a mí también me excitaba hacer eso.
    
    Manuel se detuvo en un momento y de la mano me llevó hasta la recámara que compartía con su esposa. Nos acostamos en la cama, nos pusimos de lado, frente a frente. Con él me sentía hermosa y vulnerable mientras estaba completamente desnuda y él permanecía vestido.
    
    -¿Por qué no me coge?- Le pregunté luego de estarnos besando. –Quiero que me tome como a su esposa.
    
    -Tengo muchas ganas de hacerlo. Pero no tengo preservativos. Yesenia y yo no los usamos y supongo que tú no estás tomando pastillas o algo. ¿Tienes condones en tu casa?
    
    -No. No tengo. René se llevó los que nos quedaron.
    
    Luego de pensarlo un poco, Manuel me preguntó -¿Has tenido alguna experiencia anal?
    
    Su pregunta me sorprendió. Y solo atiné a decirle -¿Quiere entrar por atrás? No sé ...
    ... si pueda, nunca lo he hecho. Pero si usted quiere podemos intentar.
    
    -Entonces date vuelta- Yo me acomodé a gatas en la cama y sentí cuando Manuel usó mis propios fluidos vaginales y su saliva para lubricarme el ano. Luego de hacer lo mismo con su pene, lo acomodó entre mis nalgas y empezó a presionar.
    
    -¡Au! ¡Me duele mucho!
    
    -Tranquila, tienes que relajarte.
    
    -Es que no va a entrarme. Está muy grande... No creo aguantarlo.
    
    Él trató de meter su pene varias veces más y sentí que su glande se deslizó hacia el interior de mi ano, pero cuando quiso meter otro poco, yo grité de dolor y le pedí que se saliera.
    
    Me acosté boca arriba en la cama y Manuel se recostó sobre mí, acomodándose entre mis piernas. Seguimos besándonos y acariciándonos. Me volvía loca la forma en que me tocaba para consolarme por nuestro fallido intento. Sentir su miembro de hombre maduro en mis manos me hacía desear tenerlo dentro de mi coño. Supongo que en ese momento, Manuel luchaba contra el impulso de penetrarme sin usar protección, porque yo podía sentir cómo movía la cadera haciendo que su pene se deslizara en mis manos.
    
    Como respuesta a las caricias que yo le hacía en su verga, Manuel me introdujo dos dedos en la vagina y mientras nos masturbábamos mutuamente, el deseo que yo sentía porque me cogiera, fue creciendo, hasta volverse incontrolable.
    
    -Está bien si lo hacemos así. Ya no aguanto. Quiero ser suya… Métamelo ya, por favor- Le supliqué mientras mi mano dirigía su miembro a la ...