LA CASA DE MI TIA
Fecha: 26/03/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Años atrás me había iniciado en el arte de vestirme de mujer, y me había gustado muchísimo; no obstante era arriesgado debía tomar precauciones pues nadie conocía mi secreto ni quería que nadie lo supiera. Recuerdo aquella vez que me quedé también en casa de mi tía me había paseado a mis anchas por su dormitorio; había contemplado complacido sus hermosos vestidos, collares y sobretodo, su lencería. Todo era bello, mi tia era joven y tenía buen gusto. Ahora que me encontraba nuevamente en su casa, la idea de usar su vestuario me cautivó sobremanera; y recalco que esta vez era diferente, pues cuando recibí la invitación hace un par de días comencé a planearlo todo; incluso había tenido tiempo de comprar los globos que usaría como prótesis para los pechos, ya los tenía en el bolsillo. Cerré las cortinas para evitar a algún fisgón inoportuno y me dispuse según lo planeado. Abrí su guardarropa y escogí un vestido en color verde esmeralda muy entallado y de talle corto, luego el sostén y pequeñísimas bragas bragas del mismo color, todo era un encanto. Completé el vestuario con medias negras, portaligas, aretes, pulseras, los zapatos de taco alto y un hermoso collar de perlas. Extendí todo sobre la cama y mi corazón comenzó a acelerarse, me sentía tan excitado. Como punto final decidí rellenar los globos con agua tibia para que el efecto de los pechos sea lo mas real posible. Antes de comenzar con la operación me dirigí al bar y me serví un buen vaso de vodka con hielo para ...
... asentarme. Al fin, comenzó la operación más excitante que pudiera imaginar: vestirme de mujer en la casa de mi tía. Comencé por la ropa interior, las bragas, me acomodé los globos debajo del sostén y quedó perfecto. Continué con las medias, el vestido, etc. , mientras me vestía me miraba de reojo en el gran espejo al lado del guardaropa y mi excitación siguió aumentando hasta límites que nunca antes había conocido. Como paso final, un ligero rímel en las pestañas y un carmesí para los labios. Finalmente mi obra quedó terminada, me miré en el espejo y quedé asombrado, tal vez pueda decir “asombrada” pues lo que vi fue hermoso: era toda una bella mujer… Me bebí un buen trago de vodka y encendiendo un cigarrillo me puse a caminar por la habitación con pasos cortos y contorneando el cuerpo. Era una sensación increíble, sentir el ligero balanceo de mis pechos, el sonido de los tacones, el jugueteo de los aretes en mis orejas y el sonido de la licra de las medias al rozar con el vestido fue algo que me produjo una continua excitación que iba subiendo poco a poco y encendiendo todas las alarmas de mi cuerpo. Nunca me había sentido así. El vodka hizo lo suyo y me decidí a salir de la habitación para pasear por el resto de la casa. La excitación fue en aumento, al entrar a la sala y sentir que el sonido de los tacones se veía gratamente incrementado con un ligero eco me motivó a soltarme más aún y esta vez me sentí una diva. Estaba tan excitada que comencé a sentir ganas de saciarme y ...