LA CASA DE MI TIA
Fecha: 26/03/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... que lo había sentido, me cogió la mano y la dirigió suavemente a su “bulto”. Ya en ese momento no había como parar y el susto se fue disipando pasando a la excitación. Toqué su bulto y sentí que reaccionaba así que lo cogí con más fuerza mientras me besaba; lo recorrí con la mano y pude notar que era un bulto grande y macizo. Me desconocí, no se cómo en ese momento me desinhibí completamenteme, liberé al fin lo que llevaba dentro. Me puse rápidamente de rodillas y casi con desesperación abrí su bragueta sacando a la luz su enorme bulto, me lo metí a la boca y lo chupé, lo chupé, y lo chupé. Chupé esa verga con desesperación, la chupé como cuando un bebe hambriento descubre por primera vez el seno caliente y dulce de su madre. la chupé como nunca había imaginado que lo haría. El joven me contempló mas que complacido y me dejó hacer. Yo estaba en mi delirio. Luego de unos minutos me tranquilizó, cogiéndome suave pero firmemente me dió vuelta de manera que quedaba mi trasero a su vista. Solo en ese momento caí en cuenta de lo que venía: me iba a penetrar. Hasta ese momento nunca me había penetrado un hombre; como mencioné antes había jugado con dildos pero no había probado a ser penetrada por una verga "real". Me asusté un poco, no sabía si echarme atrás. Mis dudas terminaron cuando el joven colocándose detrás mío cogió firmemente mis caderas comenzó a penetrarme. Ya no había cómo echarse atrás. Fue penetrándome lentamente con un balanceo firme hasta que quedó su ...
... enorme verga totalmente dentro. Del susto pasé al paroxismo, el dolor se mezclaba al placer y me dieron ganas de abrir mas las piernas; quería apretar su pene con mis esfínteres y retenerlo, me dieron ganas de ser maltratada, que me violara, me pegara, y me penetrara hasta morir. El parecía responder a mis deseos y su movimiento se hacía mas y mas enérgico; por momentos lo sacaba mostrándome su verga hinchada y yo respondía besándola, como si un esclavo besara el látigo de su castigo. Me dominaba y yo respondía empujando y gimiendo. Sus movimientos se hicieron violentos, como con rabia, yo disfrutaba pues comencé a sentir que mis “tetas” se balanceaban de adelante a atrás una y otra vez. Yo quería seguir, deseaba sentir su verga muy dentro, ambos ya sudábamos pero el frenesí no disminuía. Me sorprendió que se detuviera de pronto,pero lo que hizo fue increíble: Me dio vuelta tan violentamente que caí como un costal sobre mis espaldas e inmediatamente me levantó las piernas para penetrarme nuevamente, esta vez sentía sus testículos golpeando mi ano; yo entonces comencé a gemir, gemía y gemía, de placer ya no me importaba nada. El parecía percibir lo que yo sentía y contagiado comenzó a pasar su lengua por mi cara, yo respondía con la mía, lamiendo todo lo que encontraba a mi paso. Recuerdo que en este frenesí y tras un largo grito totalmente gutural, eyaculé entre mil luces que danzaban a nuestro alrededor. No he vuelto a ver a ese joven, tampoco he podido olvidar ese día.