1. Mi amor... Juan me mira...


    Fecha: 26/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Saull69, Fuente: SexoSinTabues

    Su marido roncaba a su lado. María no podía dormir. Había algo que la tenía nerviosa desde hacía unos días. Primero pensó que eran cosas suyas, su imaginación. Después se convenció de que era real. Y la confirmación la tuvo esa misma tarde. Pensando en todo eso no podía dormir. Le dio un codazo a su marido. Sin querer le dio en plenos riñones, y Mateo dio un respingo en la cama. -Coño, María. Ten cuidado. -Perdona, mi amor. No pretendía date tan fuerte. Pero es que. tengo que contarte algo. -¿No puede esperar hasta mañana? - dijo Mateo, somnoliento e intentando coger el sueño otra vez. -No, no puede. Es que. Mateo se dio la vuelta. Sabía que cuando a su mujer se le metía algo en la cabeza no había nada en el mundo que se lo quitase. Cuanto antes terminara ella, antes se podría dormir. -Venga. Suéltalo ya -El niño. Me mira. -¿Cómo que el niño te mira? -Pues eso. Que me mira. Desde hace días me he dado cuenta que me mira. El escote, las piernas. Y culo cuando estoy de espaldas a él. -Jajaja ¿Y cómo sabes que te mira el culo cuando estás de espaldas a él? -Noto su mirada clavada en mí. Además, ayer lo vi a través del reflejo de la vitrina del salón. -Jajaja. Vaya con el niño. Bueno, ya no es tan niño, con 19 primaveras. Aunque cuando tenga 50 le seguirás llamando niño, ¿No? Jajaja -No te rías, coño. A mí no me hace gracia. -Mujer, no te enfades. Es joven, y ya sabes lo tímido que es. Eres la mujer que tiene más cerca, y estás bien buena. No es extraño que te mire. -Joder, ...
    ... Mateo. Que soy su madre. No debería mirarme así. -Nah, no es nada, mujer. Ya se le pasará. -Es que. ha ido a más. -¿Cómo que a más? -Sí. Esta tarde, por el rabillo del ojo me di cuenta de que se tocaba. -¿QUE SE TOCABA? -Sí, disimuladamente se pasaba la mano por. ya sabes. -Por la polla. -Sí. -Así que se sacó la polla delante de ti. -Joder, no seas bruto. Claro que no. Sólo se pasó la mano por el pantalón. -¿La tenía dura? -¡MATEO! Pareces tonto. ¿Y yo que sé? Como comprenderás, no me puse a mirarle la entrepierna a tu hijo. -Seguro que sí. Apuesto lo que quieras a que se le puso dura mirándote el culo. -Ay, no sé por qué te lo he contado. Vete al carajo. María apagó la luz de su mesilla, dejando el cuarto a oscuras y se acostó, dándole la espalda a su marido. Mateo se quedó, boca arriba, pensando en lo que su mujer le había contado. Recordó su juventud, allá en el pueblo. A su mente vinieron aquellos momentos en los que se empezó a fijar en su madre. Era un pueblo pequeño, sin muchas mujeres. Su madre estaba rolliza, pero eso no le impidió, durante una temporada, el mirarla, intentado ver algo. Un poco de teta, un buen pedazo de muslo. Pero eso pasó. Pensó que era una fase por la que la mayoría de los muchachos pasan, algo natural, sin importancia, que sólo queda en eso y se olvida. Además, su mujer estaba mucha más buena que su madre, así que entendió a Juan, su hijo. Esas grandes tetas, ese soberbio culamen. Alargó una mano por debajo de las sábanas hasta encontrarlo. Caliente, ...
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