El ascensor
Fecha: 28/03/2018,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... gracias. No quería hacerte sentirte incómoda.
- Para nada bomboncito. - Pensó ella mientras se deleitaba la vista con todos los músculos que iban apareciendo tras la prenda.
Siguió un rato de charla banal sobre trabajo, tiempo que llevaban en la ciudad (nadie parecía ser de esta ciudad!), últimas películas, música. Resultó que el excapullo y ella tenían muchos gustos en común. Al cabo de media hora se habían sentado sobre el suelo de la cabina. El espacio era tan reducido que el roce y el contacto se habían hecho inevitables. Una rodilla de él con el muslo de ella; una mano de ella con el muslo de él; ambas rodillas; ambos muslos... Con cada cambio de postura salía una combinación nueva.
- Susana, sigo asándome y llevamos esperando más de una hora. Sé que es un abuso de confianza, pero te importaría que me quitara los pantalones. Llevo unos boxers. Sería como si me quedara en bañador.
- Claro, hombre. No pasa nada. Ojalá yo pudiera hacer lo mismo!
- Y porque no? Te tienes que estar asando dentro de esas licras.
- Ni que lo digas, pero yo no llevo debajo ningún bóxer.
- Bueno, sería como si te quedaras en bikini. Si conmigo vale, porqué contigo no?
- Es que yo me quedaría con bastante menos que un bikini.
- Y eso?
- Anda, no disimules. Con las miradas que me has echado sabes de sobra que debajo del top no llevo nada y que debajo de las mallas voy en tanga- Él le dirigió una sonrisa picarona.
- Culpable. Pero sigo sin ver el problema. Puedes ...
... quitarte las mallas y tampoco es que viera tanto aparte de tus piernas, y no es que me importara, eh!?
- Míralo que listo! Bueno tienes razón. En la playa muchas veces voy en tanga, y hasta suelo hacer topless, pero no me parece la situación adecuada.
- Como quieras. Sólo trataba de quitarle hierro al asunto. Lo cierto es que la situación es bastante surrealista: Dos vecinos que ni se hablaban y de pronto están medio desnudos! - Contestó él riendo quedamente.
- Sí, tienes razón. Pero mira, algo bueno hemos sacado ya de esto. Me alegra haber arreglado lo nuestro.
- Yo también. Pero la próxima sauna la elijo yo!
- Mejor una playita!
- Jajaja, vale, trato hecho.
Siguieron charlando mientras el tiempo pasaba y sus miradas eran cada vez más íntimas. Tal vez lo absurdo de la situación hubiera ayudado a relajar sus inhibiciones, pero lo cierto es que Susana cada se encontraba cada vez más caliente, y no precisamente por la temperatura del ascensor. Su vecino en boxers había ganado muchísimos puntos. Sabía qué la había pillado varias veces mirándole el paquete y él ya ni disimulaba cuando su mirada se recreaba en sus tetas. Su canalillo parecía radiactivo de como brillaba por el sudor y sus pezones habían empezado a endurecerse y se marcaban ya bajo el top como dos pitones. Cómo para no haberlos visto!
- Uffff, Pablo, no puedo más. Llevamos aquí ya ni se cuánto y cada vez hace más calor. Me voy a quitar las mallas.
- Claro, preciosa. Espera que me levante y me ...