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Marina, mi nuera (Primera parte)
Fecha: 13/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Gustavo Gabriel, Fuente: CuentoRelatos
... tocó ya de caliente nomás. Y en la última ya dejó su mano por un tiempo. Me emocioné y me decidí. Casi al descuido retiré de un hombro una tira que hacía de sostén del vestido. Ella estaba absorta en mis masajes no se dio cuenta y si lo hizo ya no le importaba. Al notar poco resistencia hice lo mismo con el otro y solo ahora la curvatura de sus dos senos bien parado, detuvo el vestido por un segundo hacia su cintura Luego allí se detuvo. Al notarse desnuda se llevó sus dos manos para cubrirse. Fue un acto solo instintivo. Pero yo fui más rápido. Le tomé con las mías esos dos hermosos senos. Ella se resistió muy leve al principio pero luego de unos segundos aceptó ya mis manos con una naturaleza seguro producto de su excitación. Así empecé a jugar con sus dos senos, moviendo entre mis manos en pequeños círculos. Apretándolos, pero suavemente. -¡Marcelo que haces! Sacá tus manos. -Me dijo casi ahogada por el deseo. -Marina son hermosos tus senos -le dije. Caminé ya seguro de lo que iba a hacer y enfrentándola sin decirle nada: La besé. Al principio su boca estaba algo cerrada pero no tardo en abrirla y conocí por primera vez su dejo interno. Con mi lengua la invadí totalmente toda su cavidad. Hurgándoles entre sus dientes y saboreando su sabor. Notando y sintiendo como su respiración se enriquecía a medida que pasaban los segundos. Y su excitación le exigía aire. Ahora ya sabía que el vestido era sostenido solo por su cintura y me empezaba a molestar. Me senté ...
... en el sillón. Se lo saqué. Ella me miró infantilmente. Tal como desviste a una hija su madre, sin decirme nada. Al reaccionar ella segura sabía lo que iba a pasar al notarse desnuda me advirtió pero no sin mucha convicción de parte de ella. -¡Es una locura, Marcelo! Me harás tuya pero soy tu nuera. La volví a besar y ahora le sostuve por largo tiempo sus senos. Le acariciaba los pezones que para esta altura estaban muy duros, solo ella respondía con susurros que aumentaban a medida que con la otra mano pasaba muy despacio acariciando su cola. Era perfecta Su cuerpo cubría asimétricamente y armoniosamente la soberbia de un cuerpo joven. Sus piernas entreabiertas dejaban ver a los costados de su tanga unos rizos negros, sus senos eran medianos y parados y en su cara se reflejaba: el deseo. Solo su bombacha le cubría el cuerpo y ella se impactó. Estaba vencida. Buscaba mi lengua en sus besos. Entre sus pezones se le había formado una aureola roja, rojísima. Que con el tiempo supe que era cuando iba alcanzar su orgasmo. En un arranque de calentura lleve mis manos por dentro de su tanga, notando que estaba húmeda. Le tomé el clítoris con mis dos dedos, y se lo apreté. Ella en un impulso involuntario arqueó su cola hacia atrás pero solo unos segundos, luego se apretó contra mi pierna y el dedo en su clítoris sin resistirse, empecé a jugar con mis dos dedos. Además, le penetré en su vagina, mis dedos libres. Ahí creo que vencí definitivamente la poca resistencia que había ...