1. Magdalena


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... En ese momento oigo a Lena decir algo que no entiendo, tal y como suele hacer, y un largo grito desata su orgasmo, largo, sentido, con multitud de incontrolados espasmos en la vagina que aprietan mi rabo con distinta intensidad, de manera que no puedo aguantar más y me corro dando un fuerte ronco grito, eyaculando media docena de chorreones de semen, gozando mucho, intensamente. Ha sido cojonudo.
    
    Magda y yo hemos quedado adormilados en la cama, muy juntos, abrazados suavemente, comprobando mutuamente que estamos satisfechos, cómodos, sin sombra de ese malestar que en ocasiones surge sin saber la razón, como si la otra persona molestara una vez nos hemos corrido. Tengo más ganas de ella y poco a poco acaricio su cuerpo, lenta y suavemente, con una mano es su culo y la otra en una de sus tetas, acariciando de manera distraída, dándole suaves besos en el rostro, en los párpados, los labios, los lóbulos de sus pequeñas orejas. Al rato estamos de nuevo dándonos un beso de tornillo, guarro, ensalivado, metiéndonos las lenguas hasta las respectivas gargantas, y ambos utilizamos nuestras manos para acariciar excitando.
    
    Tras pasar un largo rato jugueteando con sus gorditos pezones —me da la teta ayudándose de su mano, como si me la ofreciera para mamar, es un gesto que me encanta y me excita— ya tengo muchas ganas de comerle el coño, que con mi mano noto muy mojado. Es llamativo el perfume que desprende esta mujer, serán feromonas, extractos de hormonas o agua de colonia, no ...
    ... sé, pero resulta agradable, excitante, y cuando empiezo a lamer su sexo, ese perfume se hace mucho más evidente, no sólo lo huelo, sino que lo siento en mi boca, como si lo estuviera degustando. Completamente embriagador.
    
    Los quejidos y exclamaciones de la excitada hembra, junto con el movimiento poco controlado de su pelvis, son ya presagio de un próximo orgasmo, así que dejo de mamarle el abultado clítoris, me levanto y me pongo sobre ella, quien besa como una loba mi boca empapada de sus jugos sexuales, al igual que toda la cara, me urge a que se la meta y ahí voy, con una erección de las buenas, de un solo golpe, lo que le provoca un sonoro corto grito de ansiedad contenida en cuanto tiene la polla dentro.
    
    Elmetisaca es rápido, fuerte, profundo, sonoro por la gran cantidad de aceitoso líquido sexual que emite la hembra y por el entrechocar de nuestros pubis y muslos, además, en su caso, corto, porque apenas tras unos pocos minutos de follada durante los cuales no deja de acariciarse el clítoris, se corre dando un grito muy largo que culmina, como casi siempre, diciéndome en voz baja, de manera apresurada:eres uncabronazo que me trata muy mal. Se queda quieta, con los ojos cerrados, respirando muy fuerte, agitadamente, posando sus manos sobre mi culo, haciendo fuerza hacia abajo, como para ayudarme a llegar más dentro, a sentir más el roce de las paredes vaginales en la polla. Yo continúo follando como un poseso para buscar mi orgasmo.
    
    Aaah, ohhh, qué corrida, qué ...
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