1. Por amor a la familia (día cinco - parte dos): La calle


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Incesto Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos

    ... eventualmente volteaba a verlo, y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Mi tío había tomado un periódico que estaba en la siguiente silla y lo leía, al parecer no se percataba de las miradas del chico hacia mi… o… quizá sí y lo estaba haciendo a propósito. El chico sacó el zapato de su caja y con cuidado me tomo de mi pierna, la cual estaba cubierta con las calcetas blancas, y con la otra mano me colocaba el calzado, podía sentir en su mano algo, no era simplemente una forma de amacizar mi pie para ponerlo, había algo de morbo en tocarme, volteaba a ver el pie y a mi constantemente, siempre sonriendo. Cuando había puesto el zapato, sentía como acariciaba mi pantorrilla, él estaba gozando tocarme, yo me sentía demasiado incomoda, de vez en cuando me decía cosas, como queriendo hacerse el simpático, hasta que me di cuenta: me estaba coqueteando!!! Pero acaso él sabía lo que yo era? O de verdad pasaba desapercibida? Que creía él? Le gustan las travestis o de verdad no podía ver la diferencia?
    
    Me pidió que me pusiera de pie y caminara para ver cómo se me veía, yo hice un movimiento con la cabeza y un gesto con la boca indicando que no quería, pero mi tío dejo el periódico, volteo hacia mi e insistió: “hija, párate, si no, como vamos a ver si te queda bien?” iba a ponerme de pie, pero el joven no se quitaba de enfrente de mí, era evidente que quería ver bajo mi falda cuando descruzara la pierna y me levantara. Pero recordé una película de una chica que me encanto por su ...
    ... sensualidad, así que hice lo que ella, me puse de pie apoyándome con los brazos, sin descruzar la pierna hasta que estuve parada. El chico hizo un gesto de molestia disimulada al no lograr su cometido. Camine unos pasos y vi mis pies en el espejo bajito que suelen tener en esos lugares, era un zapato feo que me hacía ver el pie demasiado grande, la verdad no me gusto, así que me volví a sentar rápidamente pero esta vez teniendo cuidado con la falda, inmediatamente, recordando los consejos que me dio mi tío acerca de la voz, tímidamente y con la mirada al suelo le dije: “otro”
    
    Me probo tres pares de zapatos, en cada ocasión sentía sus manos cada vez más atrevidas, ahora no solo tocaba mi calceta, sino que podía sentir sus dedos tocando mi piel, ahí donde acababa la calceta, justo detrás de mi rodilla, me hacía sentir incomoda, pero al mismo tiempo deseada, y lo peor es que mi tío no parecía darse cuenta de lo que hacía, ya que él estaba distraído con su periódico.
    
    Finalmente escogí unos, eran bonitos, coquetos, negros de charol con una correa que los hacia ver inocentes, fue un capricho mío, ya que el uniforme de esa escuela llevaba zapatos de doble color, sin embargo, estaba viviendo un sueño, por que no vivirlo como me gustaría? Con una sonrisa le dije “quiero estos”. Me senté satisfecha en la silla con mucha habilidad y le ofrecí mi pierna al dependiente cubriendo con mi mano el hueco que se hace con la falda entre las piernas. Cuando el joven me lo iba a quitar para ...
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