Consolando al amigo de mi esposo
Fecha: 02/04/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: timida28, Fuente: CuentoRelatos
... por completo dentro de mi vulva.
Nos continuamos besando intensamente, sus manos acariciaban todo mi cuerpo, mis senos mis muslos, mi rostro, mientras que yo con una habilidad que ignoraba que tenía en mis manos hasta esos momentos, bajé la cremallera de su pantalón, y extraje de su interior, su erecto y cálido miembro. Aunque ocasionalmente mi marido me ha solicitado que le dé una que otra mamada, y ocasionalmente lo he complacido, por aquello de que no salga a buscar fuera lo que no se le da en casa. Cuando tuve el miembro de Ignacio entre mis dedos, lo que me provocó hacer de inmediato fue hacerle eso. Por lo que me arrodille frente a él separé ligeramente sus piernas, y agarrando suavemente su miembro, lenta y suavemente comencé a chupárselo. Al principio, Ignacio colocó sus manos sobre mi cabeza, pero luego las deslizó sobre mi espalda, y a los pocos segundos me detuvo.
Se levantó del sofá, se bajó los pantalones, y se me fue encima. Mi coño estaba más que lubricado, así que cuando su verga comenzó a penetrarme se deslizó totalmente dentro de mí. Casi de inmediato la comparé con la de mi marido, pero aún no había terminado de penetrarme cuando yo ya estaba gimiendo de placer, nuestros labios se volvieron a unir una y otra vez, su lengua exploró toda mi boca, sus manos acariciaban y me apretaban con fuerza contra su cuerpo, al tiempo que su verga entraba y salía una y otra vez de mi ardiente y mojado coño.
En mi vida me había sentido con tantas ganas como en ...
... esos momentos, yo movía incesantemente mis caderas, e Ignacio no dejaba de penetrarme divinamente, haciendo que para mi propia sorpresa, de manera extraordinaria disfrutase de un sinfín de múltiples orgasmos.
Por un largo rato nos quedamos tendidos sobre el sofá, hasta que Ignacio, poniéndose de pie, se levantó lentamente sin dejar de observarme de pies a cabeza, y como que de repente le entró un sentimiento de vergüenza, ya que súbitamente se subió el pantalón, y sin decir nada, dio media vuelta y se retiró a su habitación, mientras que yo me quedé extasiada, con mis piernas bien abiertas, tirada sobre el sofá, agradeciéndole desde el fondo de mi corazón lo mucho que me hizo disfrutar. Después de un buen rato me levanté, recogí mi ropa, y sin ponerme nada encima fui a darme una buena ducha y lavar mi coño. Lo interesante es que en ningún momento dejé de pensar en Ignacio, no es que me hubiera enamorado de él, no solo deseaba volver acostarme con Ignacio, y sobre todo que mi marido no se enterase. Por lo que después de secarme, tal y como me encontraba, me dirigí a su habitación.
Ignacio al verme se quedó sin moverse, yo me acerqué a la cama, y lo ayudé a terminar de desnudarse, y sin que él me dijera nada, nuevamente me dediqué a mamar su verga, por un corto instante. La que a los pocos segundos ya estaba bien dura y caliente. Algo que sé que a mi marido le encanta, y me supongo que a muchos otros hombres también son mis nalgas, por lo que aun y a riesgo de que Ignacio me ...