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Sexo en la vieja hidroeléctrica -6- Principios de diciembre
Fecha: 04/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos
... ¿aquí? -Sí. -Enséñemelo. El administrativo se deshace de pantalones y calzón y eleva las piernas. El ojete se muestra oscuro en sus bordes y ligeramente encarnado hacia el centro. Los dedos del rural se deslizan con suavidad por encima. -Sólo quería entrarle -dice como si lo meditase. Presiona en el centro y el esfínter cede. -Una vez tuve la curiosidad con mi esposa -confiesa muy quedo- Pero no hubo manera. Le parecía sucio. Arroja un salivazo sobre el punto y presiona hasta que sus dedos pasan adentro. La acción le arranca un hondo suspiro al administrativo. -¿Le gusta? -Mucho. Con la otra mano le busca la boca y en ella también mete los dedos. -¿Nunca le han follado por los dos lados a un tiempo? Yo quisiera poder hacerlo. Y aún más: comerle también la polla. Todo a la vez. Inopinadamente el agente se mete el sexo del anfitrión en la boca sin abandonar la presión de sus dedos sobre el ano y el gaznate. El administrativo se agita de placer. Con su mano atrapa el sexo del policía que se esconde todavía tras la tela caqui de sus pantalones. Los dos hombres, saciados de alcohol y sedientos de placer, se entregan al juego erótico con vehemencia. El agente se ha tragado el sexo del empleado hasta el ahogo, pero no lo suelta, lo disfruta con todas sus ganas. Al cabo de unos minutos, libera la verga. Los rostros de los dos hombres están rojos y se miran con un deseo vicioso y denso. -¿Le gusta que le coman la polla? ...
... ¿O le gusta más comer polla? -pregunta el policía- Le diré que creo que he sentido un flechazo hacia su cipote desde la primera vez que lo vi. Debería de escribir a Corín Tellado para que relate mi historia ¿no cree? -La pobre ya falleció. -Una pena. Por fin hubiera tenido algo interesante que contar. Una fotonovela con los dos bien a tono. Vuelve a engullir el sexo del administrativo con todas sus ganas. Y de nuevo se afana en trabajarle tanto el trasero como la garganta con sus fuertes dedos. El administrativo, con el cuerpo rígido para no acabar corriéndose, le aparta la cabeza de su sexo. -Veo que le estoy provocando una lenta eyaculación. Sin decir nada, el empleado le toma la mano cuyos dedos hurgan en su ano, y la mueve más adentro con ímpetu. El policía comprende y de seguido aumenta la fuerza y el alcance de la invasión. De la garganta de su presa se escapan gemidos medio ahogados. Y de su sexo fluye abundante secreción espermática. -¡Me está dejando alucinado! Con sólo juguetearle por ahí dentro y ya parece una fuente. -No pare, se lo suplico. -No lo pretendo. Pasa la lengua por la lefa que se vierte. -Conocía el sabor de mi esperma. Pero aquí me tiene, catando el suyo. ¿Y si me lo diera todo? ¿Le importa? No sé ni por qué se lo pregunto si al final haré lo que se me ponga. De nuevo ataca el sexo del administrativo, sacude con fuerza sus dedos en boca y culo y tras un inacabable minuto, obtiene lo que buscaba en medio de los ...