Ambiguo, ¿Donde la metí?
Fecha: 10/04/2018,
Categorías:
Anal
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... parejas, cada uno por su lado comenzó el faje, con mimos y arrumacos las pibas nos estaban metiendo mano en forma descarada, suele pasar que las pendejas sean más lanzadas, éstas sí y fueron sin grandes preámbulos a “los bifes” (a los hechos).
Sin pudores, demostrando habilidad para comunicar sus ansiedades fueron a buscar lo que más les interesaba de nosotros: El garche.
Susy abrió la bragueta y me saca la chota a tomar aire, para comenzar la sacudida.
La pendeja de Dany se lo lleva de la mano para otra habitación, mientras él se sostiene el pantalón con la otra.
Susy aprovecha para bajarme el “lompa” (pantalón) y sacar la poronga del todo.
Sujeta entre las manos le pegó la primera lamida en la cabeza, yo “relojeaba” (espiaba) si venía la vieja.
—Quedate tranqui, no viene la "abu", además oye muy mal, nada pasa. Relájate y disfruta…
La seguimos en el sofá, amplio que había en un costado de la sala.
Sentado en el borde, pantalón y bóxer o en los tobillos mientras la piba se arrodilla entre mis piernas y me da una mamada de campeonato.
¡Qué forma de chupar!, sabía cómo enloquecer a un hombre con la boca.
No paró de sacudirla, sin dejar por un momento la cabeza de la pija de su boca, algo que nunca me había pasado, la poca frecuencia de tener sexo y la calentura que me había despertado esperando un momento parecido a este, consiguió la proeza de vencer mi capacidad de controlarme.
No podría decir cuánto tiempo necesitó para “ordeñarme”, el ...
... place quema los relojes del deseo, succiona con clase y habilidad, hasta que se robó mi leche, saltó dentro de su boca, siguió chupando y tragando sin soltar la verga.
Observaba y controla mis reacciones en la acabada aportando un plus al placer de venirme a borbotones, como es esperado en un hombre con toda la polenta (potencia) de sus calenturientos 20 años.
Lamió las últimas gotas. Sacudía despacio, en tiempo récord me puso al re-palo, nuevamente apto para otro polvo.
—¿Querés hacerme?
—Sí, sí.
—Pero… dámela por atrás. No quiero consecuencias…
Con tal de meterla, me servía cualquier hoyo, hasta el de la oreja, para tamaña calentura.
Bastaron tan solo un par de mamadas para ponerme al re-palo.
Se bajó solo el pantalón, hasta las rodillas, con la bombacha puesta.
Bah, que ni me importaba que se la hubiera dejado, la calentura apremia, nada más cuenta que meterla a como dé lugar.
Se tumbó sobre el apoyabrazos del sofá, sacando el culo para afuera bien elevado, ¡lista para el sacrificio! Voy con el choto desafiante.
Saliva en la mano para untar la cabezota de la pija, corrí el trozo de tela que cubría el “marrón”, apoyé justo en el centro del hoyo, empujé un par de veces, un par de escupidas en el ano ayudan, un empujón y entré la cabeza, la turrita (callejera) cola-bora abriéndose las cachas con las manos.
La tengo gruesa, ella no se resiste, el ano bastante complaciente con el visitante, después de meterle la cabeza, el resto fue sólo un ...