Cuñada muy puta. Seduce al marido de su hermana en la fiesta de casamiento. Ser
Fecha: 11/04/2018,
Categorías:
Anal
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... orgullosa mi debilidad, sus tetas, carne firme y vigorosos pezones.
La senté sobre una mesa de labor, lamí y mamé la desafiante ostra, calentura atroz, palabras obscenas y soeces expresan su calentura descontrolada.
Pretender acallarle los gemidos, era como querer tapar el sol con un dedo, volcán en erupción, se tendió sobre la mesa, piernas levantadas, el cráter pletórico de jugos se ofreció al macho sediento.
Labios abiertos, aleteando febril deseo, el vello púbico brilla húmedo de jugos, con los dedos abre y expone su sexo, la sonrisa vertical reclama atenciones.
Entre sus piernas, lamí la roja cereza que corona la entrada del placer, liberó desmesurada lascivia de Perla, dos profusos, intensos y fogosos orgasmos, obscenamente descontrolados, con el pulgar juego en la conchita y el dúo del índice y mayor deslizados en el ano.
Despatarrada sobre la mesa como muñeca de trapo, la mirada perdida, babeándose, las piernas colgando, inermes, abiertas, el vello brilloso de humedad.
Tuve consideración de su maltrecha humanidad, le permití volver al mundo de los mortales.
Era mi tiempo, la oportunidad de hacerme sentir en ella, de disfrutarla luego de haberme pajeado varias noches pensando en este momento mágico.
Volví entre sus piernas con la pija enhiesta, dura como pocas veces, caliente como una caldera, apuntando a su abertura de hembra.
La bajé de la mesa, coloqué de bruces sobre ella, ofreciendo su retaguardia, separando las nalgas, súper caliente, ...
... apoyé la cabeza entre los labios y en un solo envión se la entré todita, el resto lo hizo ella apretando la poronga con sus labios vaginales entrenados para coger como una diosa. Sabe menearse acompañando al macho que se la coge.
Diestra en manejar los músculos vaginales, masajea la verga en cada entrada, se siente ajustada en el metisaca, profundo, intenso movimiento, volvía a excitarse con renovado entusiasmo que me transmitía. Era una consumada experta en el arte del garche.
Un par de nalgadas la hacen sentir bien hembra, sabe subirse al sitial de puta, hacerse bien perra para que disfrute un calentón como yo.
Goza y devuelve placer apretando los músculos vaginales entorno del choto que pistonea con afiebrado deseo, ¡Ensartada a fondo!
- Tito, acábame que estoy llegando. ¡Quiero juntos, acaba!
Me agarré de sus cabellos, sofrenando a la potra contra mi cuerpo, las piernas temblando, empujo el choto cómo para llegarle hasta la garganta, apuré y profundicé cuanto pude, en menos sacudidas que las deseadas me fui en una profusa eyaculación dentro de su cuca.
El semen se confundió en el descomunal orgasmo de Perla.
Quedamos encastrados, escuchando nuestra respiración, agitadas por el esfuerzo físico y mental de la entrega sin reservas a una cogida atroz, soldados sin poder ni querer salirme de ella.
Al retirarme podía disfrutar con la mágica visión de ver escurrirle mi leche de su conchita, deslizarse por el muslo, parecía que su boca vertical se babea ...