1. El hijo de mi vecina


    Fecha: 12/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Les voy a contar la experiencia sexual que tuve con el hijo de mi vecina y mejor amiga. Me llamo Gloria, tengo 38 años, soy alta pues mido 1.76 m y soy voluptuosa, además soy morena clara con ojos color miel y tengo el pelo largo hasta abajo de mis senos.
    
    Mi vecina es una mujer de 40 años y tiene un hijo de 16, el cual es chaparro pues mide 1.65 más o menos, es bastante gordo, debe pesar unos 90 kg, es prieto, dientón, greñudo con el pelo erizado y es lujurioso, libinidoso, tentón y muy pero muy morboso, además de que expresa su apetito sexual de una manera muy burda y vulgar.
    
    Con mi vecina tengo una amistad de casi 20 años y por tal motivo nos frecuentamos mucho, las más de las veces soy yo quién la visita en su casa aunque luego ella también va a mi casa acompañada de su hijo. Bueno, la cosa es que en una de esas visitas que le hice después de salir de mi trabajo, estuvimos platicando largo rato en la sala y su hijo llamado Mario estaba sentado en un sillón justo enfrente de mi.
    
    Ese día como todos los días yo iba vestida con un traje sastre de minifalda y saco y unas sandalias de tacón alto, llevaba medias transparentes pero por el calor que hacía decidí quitármelas antes de ir a la casa de mi vecina; yo acostumbro usar tanto las faldas como los vestidos muy cortos, a medio muslo, pues me gusta mucho lucir mis piernas que no por nada pero las tengo largas, robustas, parejitas y muy bonitas.
    
    Pues como les iba diciendo, Mario el hijo de mi vecina estaba sentado ...
    ... justo frente a mi y no me quitaba la mirada de las piernas, noté como en su pantalón se formaba un bulto lo que me indicó que su verga se había enderezado, eso me llamó la atención y halagó mi vanidad de mujer, ver como un muchachito adolescente se calentaba conmigo, así es que abrí un poco las piernas permitiendo que se me vieran las pantaletas, mi traje sastre era azul rey y mis pantaletas eran rojas, así es que debián de apreciarse bien, él empezó a sobarse su verga delante de mi y yo que ya comenzaba a emocionarme abrí más las piernas dejando que de plano se me vieran bien las pantaletas, esto lo hice sin que mi vecina se diera cuenta.
    
    Después de la charla mi vecina y yo nos pusimos de pie y ella me dijo que iba a su sesión semanal de oración en una casa vecina (ya que ella es cristiana), me pidió que me quedara en su casa acompañando a su hijo hasta que ella regresara o en su caso me llevara a su hijo conmigo a mi casa, lo que yo prefiriera, el chiste era no dejar solo a Mario; le dije que no se preocupara, que me iba a llevar a Mario conmigo a mi casa y allá se iba a estar hasta que ella volviera (alrededor de las 10:30 de la noche, en ese momento eran como las 6:30 de la tarde).
    
    En lo que mi vecina iba por su sueter y su bolsa, Mario sin recato alguno se paró atrás de mi y me recargó su verga entre mis nalgas, ahi se estuvo hasta que su mamá salió de su recámara ya lista para irse; nos salimos todos juntos y en lo que mi vecina iba a sus oraciones Mario y yo nos ...
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