1. Un favor a mi tío Gualberto


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Incesto Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... decía la gente. Pero nadie sabía ni sabrá la verdadera razón de esta desgracia.
    
    Lo que pensaba mi tío Gualberto es que mi novia Rosita me había dejado porque yo hacía más caso a Jeriaan que a ella. Él pensaba que ella me había dejado a mí y por más que mi madre explicara a su hermano que yo le abrí la puerta, mi tío siguió toda su vida con la misma. Aunque nunca lo dijo a nadie, pensaba que me había dejado por ser maricón.
    
    — No sé qué hace ese maricón holandés viviendo aquí..., —me dijo un día mi tío Gualberto estando los dos solos en mi casa.
    
    — Es hijo de un primo hermano de mi padre que se fue a Amsterdam...
    
    — Eso ya lo sé, pero ¿qué hace aquí?
    
    — Pues conocer la familia, eso dice, —respondí.
    
    — Ese puto maricón no te va a dejar vivir, va a ser peor que la Rosita y luego va a ir con exigencias, —decía mi tío Gualberto.
    
    — Eso me temí, pero ahora quiere que me vaya a Amsterdam con él todo un año..., —me quejaba yo.
    
    — Tú te vas un mes y yo aprovecharé para ir a Holanda de vacaciones, allí te controlo y luego nos regresamos los dos, que a ti te espera la Universidad y no quiero que malogres tu vida, —así razonaba mi tío Gualberto y lo mejor es que me gustaba.
    
    Conversamos largo y tendido de todo el proyecto de mi vida, la Universidad, mis padres, si convendría que buscara novia, pero le dije que en cierta manera de las mujeres ya me había desengañado y él abrió los ojos como si fueran doblones. Entonces fue cuando se sinceró:
    
    — Muchas veces le había ...
    ... dicho a mi novia Martina que teníamos que dejar lo nuestro, pero ella se resistía siempre y casi no me dejaba hablar y hay cosas que son duras y difíciles de decir y necesitas tu tiempo y que quieran escuchar, pero ella no escuchaba nunca; yo quería ser sincero con ella, pero no había modo, cuando intentaba hablar, siempre me cortaba y solo su punto de vista era válido. Ocurrió que un día que yo había olvidado la cita con ella porque teníamos que ir juntos a una visita y a comer, se vino a mi casa a buscarme, sabía dónde tenía yo una llave de auxilio por lo que pudiera ocurrir y entró; no llamó y se metió en mi dormitorio pensando que estaría durmiendo por cansancio, digo yo; resultó que me encontró con un amigo, mi novio de entonces, que estábamos desnudos en la cama y follando. Ahí se volvió loca. Tardó cuatro meses en desequilibrarse del todo y suicidarse. Desde entonces que yo me arreglo solo con pajas, ya no me he atrevido ni con hombre ni con mujer ni con nada. Me he convertido en un desgraciado. Y no sé cómo salir de esta.
    
    Abracé a mi tío, lloré con él, lloré mis penas y sus penas, lo besé, primero como que era el hermano de mi madre, con cariño filial, pero poco a poco me enamoré primero de su sinceridad, luego de sus penas largo tiempo guardadas y ahí mismo me di cuenta que lo amaba de un modo muy peculiar.
    
    — ¿Tío, qué puedo hacer por ti?, —pregunté.
    
    — Primero que nada, que ya eres mayor, llámame Berto, como tu mamá y tus abuelos y seamos algo más uno del ...