1. 2 hombres, 2 putas, mi hija y su tía


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... erótica que necesitamos, sube el volumen cuando su hombre se la pone en el culito y comienza a empujarlo dentro.
    
    Siendo una verga nada gruesa la estremece, quejarse, los años sin uso habían estrechado el músculo, la crema aun así la estremecen al borde de sollozar.
    
    -Vamos tía, no es para tanto! Si vieras lo que me están metiendo.
    
    -Es que a mi marido no le gustaba, y ahora me lo está abriendo tanto que… ah ahhhh…
    
    -Entonces prepárate que luego te montará mi papito, ya viste que gorda.
    
    Mentía, sabía bien que se la estaba metiendo con más energía y rudeza que lo habitual, la forma de hacerle sentir el rigor por celosa. Arrodillada me exponía su retaguardia, no le permití cambiar de postura, sujeta por mis manos, atenazada entre mis piernas hice sentir el rigor rabioso por su actitud, metía los dedos en su boca para evitarle protestar, los gruñidos por el ardor por la intrusión perturbadora de la pija dilatando el recto más que otras veces.
    
    Murmura calentura y desagrado, sodomizada sin poder salirse. – Aguanta putita, tu papi está cogiendo a su hija putita, calla y aguanta!
    
    Moviéndome rápido y profundo, el padrillo gruñe potencia, la potrilla gimotea berrinche.
    
    -Aguanta nena, aguanta, que tu papi te rompa el orto, aguanta, aguanta.
    
    -Dale!, dale guacho!, acaba de una vez, acaba ya, me lo estás rompiendo de verdad. Dame mi leche, dame mi leche, porfa, me haces daño, acábame ya!…
    
    El loriueado ¡ya!... fue complacido, un golpe de verga, los testículos ...
    ... pegados a los labios vaginales, toda a fondo, el primer disparo de semen y los siguientes llevaron sosiego al culito que maltrecho.
    
    El vecino también estaba acabando dentro del culito de la tía, no sé si menos dolorida pero sí menos efusiva y gritona.
    
    Bajé de mi monta, la nena quedó estática, sin moverse, los estertores de mi acabada y la contundencia de la sodomía colmaron su capacidad, dolorida y gustosa el resultado de la ecuación erótica.
    
    Tumbada, se acurrucó a mi lado, momento de caricias y ternura, asilo y contención. Nuestros amigos se vinieron a nuestra cama, tendidos en “cucharita”, Daniel desde atrás jugaba con las tetas, sentía que estaba jugando con mi fetiche más preciado.
    
    La tía entiende mis gestos, lee mis intenciones, sabe qué hacer cuando esté entre mis brazos, de momento solo reponer energías, bromas y planes con vista al futuro club.
    
    Vueltos a la acción, la nena quiso cambiar de compañero, fue a comerle el miembro a Daniel, la tía viene conmigo, detrás comencé a jugar con sus tetas, echa la colita para frotarse en mi sexo, formando el ángulo perfecto para jugar con sus nalgas, busca el sexo anal.
    
    La nena sin dejar de jugar con el miembro de su compañero la incita a que me ofrezca su trasero.
    
    -Vamos tía, juégale un poco y el papi te hará la colita.
    
    -No sé, no sé… la tiene bastante más gruesa, me… asusta un poco
    
    -Vamos, no seas cagona, si te comiste esta que estoy chupando, déjate hacerlo, queremos verte.
    
    -Papi te animas con la ...
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