1. 2 hombres, 2 putas, mi hija y su tía


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... tía?
    
    -Si me animo, claro me guastaría probártelo, tampoco es para tanto, la nena se lo aguanta bien.
    
    -Bueno… bueno, no sé si tan fácil, la miraba de reojo y me parece que no tan así.
    
    -Vamos tía no seas cagona, entrega el marrón!!!
    
    La estrategia de la pendeja era entendible, no era para entregármela, sino para hacerle sentir ese atisbo de celos, visto lo estrecho que lo tiene, quiere verla dolorida.
    
    Sin esperar más la tomé de la mano y me la llevé al potro, la curvatura del sillón facilita variedad de poses, la coloqué en la que más me agrada, el culo bien elevado, el ángulo para entrarle bien y profundo. La nena estaba en el misionero, con patitas al hombro, recibiendo esa verga larga que la estremece en cada envión, nos miramos mientras acomodaba a la tía.
    
    -Papi, la tía no necesita lubricante, ya tiene la leche de Daniel, dásela como haces conmigo.
    
    -No te olvides que me dolía, y con lo que calzás… suave, por favor. –Ajá, tranqui.
    
    La nena estaba más atenta a mi trabajo que a su hombre. Jugué un poco con el dedo en el hoyo, el semen de Daniel había humedecido el aro, eso facilitaba la intrusión de la cabeza. Acusó la entrada, antes de que el glande entrara por completo, previendo esto la tenía bien aferrada de sus hombros, con mis rodillas trabo el movimiento de sus piernas, le pedí que abra los cantos, para que no duela tanto, quería ver como se la entro.
    
    Conozco la técnica para evitar la tensión de la incertidumbre, nalgada sincronizada con la ...
    ... presión, de un golpe algo brusco pero eficiente evita el incómodo juego de la espera. El gemido sonó lastimero, registra el grosor en la dilatación anal. Le susurro que voy a tener cuidado, que se relaje que la tensión deja lugar al placer.
    
    -Nada de tensión, me lo estás rompiendo, me duele…
    
    Por ese culazo prometía la luna, un instante de quietud fue lo máximo que la calentura permitía, asida con firmeza, comencé a moverme, el semen del amigo facilita la fricción, entraba y salía con facilidad, el esfínter perdía en la porfía con la poronga, abriéndose paso, bravura y calentura aceleran los tiempos, la estrechez facilita el placer.
    
    La penetración se hace carne y pasión, el pudor se esconde tras los sollozos estrangulados, el vaivén intenso nos pone al límite, ella exige prisa para que me corra, pone énfasis en el ruego.
    
    -Dame mi leche, dame mi leche, pap!i, me estás rompiendo el.. culo, dámela…
    
    La concentración de esos instantes no me impide ver la sonrisa de la nena, los sollozos de la tía se imponen para que me corra. Áspero metisaca justifica las groserías de la tía para urgir que termine ya.
    
    -No seas guacho, córrete de una vez, me vas a hacer cagarme, porfa córrete!
    
    -Ya, ya, voy, estoy llegando… Cógeme, mueve el culito, cierra, aprieta, vamos yegua!
    
    El gruñido preludia el momento de venirme, solloza, aguanta, estoicamente empotrada hasta los testículos, dos o tres golpes furiosos y estalla la eyaculación, siento los chorros de semen como si fuera el ...
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