1. Los albañiles.


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Gays Autor: machirulo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mucho cuidado !
    
    Había una obra en el solar colindante con mi casa, y raro era el día que no me saltaba la tapia de mi patio y me colaba entre los pilares y materiales de construcción. ¿ Qué buscaba allí? Enredar, que a mí eso me ha gustado siempre un montón. Eso si, era tan astuto que nunca los albañiles que allí trabajaban fueron conocedores de mi presencia. Bueeeno....Tengo que decir,en favor de los pobres trabajadores, que yo me colaba cuando suponía que no había nadie.
    
    Aquel día como tantos otros, yo creyendo la obra vacía como de costumbre, me di mi rondita de rutina por ella. Pero, tanto va al cántaro a la fuente hasta que se rompe, y aquel día había dos albañiles dentro todavía. Me escondí como pude, tras de un montón de ladrillos, cuyos orificios me permitían observar los movimientos de los dos trabajadores. Éstos lejos de marcharse pronto, parecían que tenían para rato, pues acompañaban a su animada charla con unas cervezas.
    
    Desde mi tamaño, yo veía a los dos hombres como dos gigantes, dos inmensas moles de musculo y pelo; eso sí uno era más corpulento que el otro. Por lo que recuerdo, uno de ellos aparentaba tener unos cuarenta y largos años, el otro veintipocos. El cuarentón era un tio enorme, le sacaba al otro por lo menos una cabeza, con unas anchas espaldas y un pecho peludo como un osito. El más joven era también un tío regordete, pero con el vientre más plano que su compañero. Eso si, con el uniforme de trabajo, ambos lucían un culo, que ya a mi ...
    ... corta edad se me antojaba atractivo.
    
    La charla de los dos hombres parecía no acabar , ¡para mi suplicio! ( pues no quería que me pillaran y me echaran la bronca en casa ). Y venga charlar, y venga charlar.... y yo sin poder moverme, creo que se me quedo dormida hasta la pierna.
    
    En un momento determinado el mayor se levanta, “ ¡Por fin se van a ir !” pensé; pero que va, deja allí sólo al otro un momento y vuelve con algo en la mano. El tío trae una revista guarra,sabía que lo era por que mi hermano siempre tenía una debajo del colchón. Los albañiles se callaron por un momento y empezaron a pasar las páginas de la publicación, parándose de vez en cuando para decir palabrotas ( Si mi madre estuviera aquí, seguro que les reñía- me dije para mis adentros) Lo que no entendía es porque se tocaban la parte del pantalón donde tenían su pilila , y cada vez más, como si les picara. No sé que paso o dijeron, pero el cuarentón se desabrocho el pantalón, y saco de dentro de los slips su cosa . ¡Y que cosa! Yo por aquel entonces no tenía mucho con lo que comparar, pues los únicos pitos que había visto eran: el de mi hermano de trece años, el de algunos niños de mi edad en la piscina y el mio. Así que me parecio enorme, y por lo que se me viene a la memoria lo debía ser , porque su manaza no conseguía abarcarla por completo. Aquella gigantesca pilila , me llamo la atención en demasía, no por su tamaño (que también) sino por su gran cabeza rojiza y por la cantidad de pelos que adornaban sus ...
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