1. LA CABRONA DEL BAR


    Fecha: 15/04/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me dedicaba a recorrer pueblos de la costa como representante de una casa comercial y distribuidora de todo tipo de licores y bebidas. Por el trabajo me tocaban extensas temporadas de varias semanas recorriendo pueblos de todo tipo; unos grandes y otros chicos. Era felizmente casado y con cinco hijos, pero también soy hombre y con grandes necesidades sexuales y siempre había algo para mi en cada pueblo, cuando no lo encontraba simplemente iba a putas y no tengo porque negarlo, pero solo en caso muy extremo. Aprendí a quererlas a todas las LA CABRONA DEL BAR
    
    Me dedicaba a recorrer pueblos de la costa como representante de una casa comercial y distribuidora de todo tipo de licores y bebidas. Por el trabajo me tocaban extensas temporadas de varias semanas recorriendo pueblos de todo tipo; unos grandes y otros chicos. Era felizmente casado y con cinco hijos, pero también soy hombre y con grandes necesidades sexuales y siempre había algo para mi en cada pueblo, cuando no lo encontraba simplemente iba a putas y no tengo porque negarlo, pero solo en caso muy extremo. Aprendí a quererlas a todas las mujeres, negras, blancas, mulatas, asiáticas, chicas, altas, jóvenes y viejas, flacas y gordas, casadas, solteras, viudas y divorciadas; todas tenían algo que me gustaba, una jugosa vagina y un trasero. Con ese concepto nunca me ha faltado mujer haciendo mis viajes de trabajo más agradables, tenía un talento especial para detectar las mujeres que necesitaban sexo y siempre me las ...
    ... ingeniaba muy bien.
    
    Con el pasar de los años no lo puedo negar, había adquirido un gusto especial por las mujeres mayores, feas y gordas, no sabría explicarlo de manera lógica, pero me hice el gusto por estas mujeres en total contra posición de mi propia señora, que es delgadita y muy bonita, pero sucumbía ante las amplias caderas, los traseros con celulitis y los senos grandes, pero también porque estas mujeres son muy necesitadas de sexo, que cuando lo encuentran son esplendorosas y no le tienen asco a nada y les gusta experimentar una serie de cosas que con otras mujeres de otras características no aceptaría de buenas a primeras.
    
    Cada vez que podía me empeñaba con estas mujeres y siempre eran un tiro seguro; al principio algunas no te creen, ya que saben que son gordas y feas, pero cuando entienden que uno las disfruta y las desea son un cohete. Disfrutaba las inmersiones que hacia en estas mujeres, adoraba ponerlas boca a bajo en la cama y disfrutar de sus grandes traseros besándoselos y restregando mi miembro en ellos, para mi es lo máximo y muchas veces solía terminar con ellas de esa manera luego de haberlas hecho acabar. Tenía una linda colección de fotos muy bizarras de estas mujeres desnudas, que eran una verdadera obsesión para mí. Mientras más grande y fea la mujer, más me excitaba. Pero no le hacia asco a las otras, solo que las elegía en lo posible en mis recorridos.
    
    Recuerdo una experiencia que tuve hace unos años a tras y es por la cual escribo este relato ...
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