1. MI BARRIO FUE UN AREN


    Fecha: 15/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... polla. Fascinado observé el espectáculo con el miembro erecto, incapaz de estar más excitado de lo que ya lo estaba. Había llegado el momento. Me coloqué detrás de la joven y le bajé las bragas empapadas. Lejos de protestar o de tratar de apartarse de mí, Hortensia se colocó a cuatro patas y sacó culo para ofrecerme sus agujeros. Empecé a frotar la polla por su coño que creo que era virgen y, al fin, se la metí. Noté que hundía la boca en el coño de su madre para evitar gritar y empecé a follármela. No tardó en moverse para acompañar mis embestidas, completamente entregada. Esther - Me voy a correr Juan, Métemela, quiero correrme con tu polla dentro. Saque mi polla de Hortensia, quien me miró con expresión lastimera. Sin hacerle caso alguno me coloqué sobre su madre y comencé a follármela mientras esta gemía tan alto que me provocó una sonrisa pensar que habría podido despertar a su hija, de no ser porque ya estaba despierta. Hortensia, por su parte, se sentó en una silla y comenzó a meterse los dedos sin perderse detalle de cómo me follaba a su madre. La mujer se corrió solo cuatro embestidas después, prueba del nivel de excitación que había alcanzado con la comida de coño con que la obsequió su hija, y quedó desmadejada en la cama, con la respiración agitada y los jugos de su sexo mojado las sábanas. Le quité entonces las bragas, también mojadas, y se las metí en la boca, pese a que protestó ligeramente. Entonces recoloqué la camiseta con que le cubría los ojos para usarla ...
    ... de mordaza, junto a la prenda de ropa interior. Esther me lanzó una mirada juguetona, pero entonces vio a su hija, quien seguía metiéndose los dedos en la silla con los ojos cerrados a causa del placer, y su expresión mudó en sorpresa, incomprensión y miedo. Su mirada fue de la joven a mí una y otra vez mientras luchaba contra el cinturón que la mantenía atada, pero no consiguió nada. Fui hacia Hortensia, la cogí en brazos y la llevé hasta la cama. Solo entonces advirtió aterrorizada que su madre la miraba. Trató de huir, pero con un tirón del pelo la obligué a mirarme y le dije. Juan - ¿Se te ha olvidado ya a quién perteneces, perra? Su madre aumentó la intensidad de los tirones, histérica por lo que estaba presenciando. Sin embargo Hortensia se limitó a negar con la cabeza y a bajar los ojos, rendida a mi voluntad. La hice ponerse de nuevo a cuatro patas, junto a su madre, y volví a meter la polla. Hortensia, consciente de que ya no tenía sentido que tratase de guardar silencio, comenzó a gemir con fuerza. Bajé la intensidad con que la follaba, pues no quería que su primera vez terminase demasiado pronto, y le pellizqué las tetas desde atrás, lo que aumentó su excitación. Miré a Esther y nuestras miradas se encontraron, aunque fui incapaz de descifrar la suya. No importaba. Continué follándome a su hija. Hortensia - Me corro. ¡Me corro! Los gemidos de Hortensia llegaron entre convulsiones. Aumenté la intensidad de las embestidas mientras ella se corría y, cuando sentí que ...
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