1. MI BARRIO FUE UN AREN


    Fecha: 15/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... yo me iba a correr también, saqué la polla y sin necesidad de que le dijese nada se abalanzó sobre ella para devorarla y beberse toda mi corrida. Cuando acabó me senté en la cama, miré a Esther y sonreí. Juan - Tienes una hija muy especial, ¿sabes? Sus ojos se clavaron en mí como dos ascuas de fuego, lo que me hizo reír. Solo tuve que hacer un gesto para que Hortensia comenzase a comerme la polla otra vez, para horror de su madre. Juan - Esto es lo que va a pasar. Tu hija ha decidido someterse a mí por voluntad propia, y no puedes hacer nada al respecto. Puedes aceptarlo. Tu hija seguirá siendo mi sumisa Le quité la mordaza y saqué las bragas de su boca. Esther se quedó sin palabras. Atónita por todo lo que estaba pasando no pudo evitar que su mirada fuese hacia Hortensia, quien continuaba lamiendo y engullendo mi polla con devoción. Esther - Déjala en paz y dejaré que hagas conmigo lo que quieras. Su hija, al escucharlo, dejó de comerme la polla y me miró con ojos suplicantes. Juan – Hortensia, ¿qué te parece la idea de tu madre? Hortensia ¡No! Soy tuya. Después siguió chupándome. Juan - Bien, Esther, ya la has oído. ¿Qué va a ser entonces? Y terminando de chuparme y yo vistiéndome subí a mi piso y me dirigí a la ducha. Sobre las cinco de la madrugada sonó el timbre de la casa. Con fastidio me dirigí a la puerta, molesto por la interrupción. Abrí sin siquiera mirar quién era y me encontré con que se trataba de Esther. Juan - Buenas noches, vecina. ¿En qué puedo ayudarte? ...
    ... Esther - Verás, Hortensia se fue con una amiga después que te subiste tú, no ha regresado a casa. Volvió a olvidarse las llaves y me acabo de levantar y no la he visto en su cuarto. ¿No tengo idea de dónde puede estar? Con un gesto la invité a pasar y cerré la puerta. La conduje hasta el salón, donde estaba su hija. Hortensia, desnuda y con una correa de perro en torno al cuello, llevaba un plug anal del que sobresalía una cola y jadeaba con la lengua como haría un animal. Estaba sentada en medio del salón, aguardando mi regreso como lo haría un perro de verdad. Al verme sacudió el culo para que se moviese la cola. Juan - Ahí la tienes. Esther suspiró más tranquila y me miró agradecida. Esther - De verdad que no sé qué haría sin ti, Juan. ¿Puedo esperar hasta que acabéis? Juan - Claro, ponte cómoda. Esther se sentó en el sofá mientras yo me acercaba a su hija. Sin mediar palabra agarré la correa que colgaba de su collar de perra, me coloqué tras ella y saqué la polla del pantalón. Pronto los gemidos de Hortensia se mezclaron con los de su madre, quien se masturbaba sin perder detalle de cómo me follaba a su hija mi sumisa. Después de un rato me corrí en su cara y deje a mi perra descansara, le puse algo de comida en un plato y en otro algo de agua y se lo puse en el suelo al lado de donde se quedó tumbada Me fui hacia Esther y le hice mi primera pregunta Juan – Que edad tienes Esther – cincuenta y tres años Veo que con cincuenta y tres años, a un tiene un buen tipo, sobre todo ...
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