MI BARRIO FUE UN AREN
Fecha: 15/04/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... destacaría sus pechos, grandes y bien enseñados ya que siempre va con escotes y le pregunte Juan – ¿Lo que has visto te ha gustado? Esther – Si Juan – Tu hija veo que tiene una mente muy abierta en cuanto al sexo se refiere, veo le atrae el BDSM. A mí me gusta la parte dominante es la que voy tentando y tanteando para sobrepasar esos límites flexibles. Juan - ¿veo que has bajado en falda?, ¿Llevas bragas? Esther – Si un tanga pero ya está muy usado. Lo que más me llamo la atención es que llevaba sujetador pero muy apretado y un escote impresionante, que dejaba ver la curva exuberante de sus pechos en el canalillo. Al llegar a ella la cogí del cuello y la bese en un largo beso. Y llendo a un armario de la habitación saque un collar de cuero con una arandela, una correa, cuatro cuerdas, unas tijeras, todo esto lo vio ella y entonces dije Juan – voy a acerté preguntas y tú me dirás sí o no solo quiero esa respuesta Esther – vale Juan – Bien ponte de rodillas, sentada sobre tus talones y mi 1º pregunta es quieres que te ponga el collar sobre tu cuello Esther titubeo y su respuesta fue Esther – Si Cogí su pelo y lo aparte de su nuca, cogí el collar y se lo abroche alrededor de su cuello, mientras su respiración se aceleraba, tenía el cuello muy sensible. La até con la correa y tire de ella para acercarla y besarla, esta vez mordiéndole el labio inferior. Juan – 2º pregunta Quiero atarte. Esther – Si Cogí una de las cuerdas y la desenrolle delante de ella, dejando caer las ásperas ...
... fibras sobre la suave piel de sus muslos. Cruza los brazos en tu espalda y te agarraras los antebrazos y obedeciendo mis órdenes mientras vi se mordía el labio inferior y cogiendo la cuerda la ate sus muñecas en su espalda, una contra otra, su respiración se aceleraba y soltó un profundo suspiro y luego dije Juan - Ponte de pie y mira hacia la pared de la ventana. Obedeció servicialmente y se colocó donde le dije. Yo me acerque por un lado hasta su cuello, mientras tiraba de la correa. Acerque mi boca hasta estar a un par de centímetros de su piel, ella notaba mi respiración caliente y su vello se erizó. Me acerque hasta su oreja y le susurre: Juan - Voy a comprobar si eres una buena sumisa y haces caso a tu amo. La palabra sumisa y amo era la primera vez que se lo decía con un píe separe sus piernas un poco, y mientras agarraba la correa subí con mi mano por su muslo, acariciándolo por encima de sus piernas, muy lentamente, disfrutando del momento. Tocando la piel suave y caliente de sus muslos hasta llegar a su entrepierna, rocé su suave ingle y deje mi mano apoyada encima de su sexo. Juan - Estas mojada, así me gusta. Pero vas a tener que portarte bien si quieres que te baje ese calentón. Su coño desprendía mucho calor y el tanga estaba mojado con el viscoso jugo que producía. Le cerré las piernas y le bajé la falda de golpe. Ahí estaba, un tanga gris, sin más. Ella según dijo no solía llevar tangas de encaje. Me miró excitada desde arriba. Le rocé la piel por encima de su ...