MI BARRIO FUE UN AREN
Fecha: 15/04/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... tanga, es una zona sensible y se volvía loca. Bajé la parte de delante de su tanga un poco. La miré y vi que ella me miraba de vuelta, nerviosa y desafiante. Juan – Deseo castigarte ahora Metí mi mano en su escote entre las cuerdas, y le saqué las tetas, estaban enormes, enrojecidas por la presión y con los pezones erectos y rositas. Ella no paraba de suspirar. Le di la vuelta y le apoye la cara contra la pared, el tanga dejaba ver la parte de abajo de su culo un poco. Le azoté con fuerza una nalga y le deje una marca roja de mi mano. Ella jadeo y me miró con actitud sumisa. Desenrollé otra cuerda y le rocé sus piernas con su aspereza. Le até la nueva cuerda a la que ya tenía en sus muñecas, y até esta cuerda a la ventana, dejándola en la misma posición que estaba antes pero atada al pomo de la ventana. Me acerqué a ella de frente, puse mi polla, que estaba enorme dentro de los pantalones rozando con su coño y me acerque a sus tetas. Muy cerca de sus pezones como antes, acariciándola con mi respiración, ella respiraba cada vez más rápido. Rocé con mi lengua en sus pezones tiesos mientras ella se estremecía. Le volví a separar las piernas con brusquedad, cogí otras dos cuerdas y le até las piernas, dejándolas abiertas. La miré y me miró de vuelta, aceptando lo que fuera a pasar sumisamente. Me agaché y pase mi mano por los objetos del suelo, llegando a las tijeras. Cogí las tijeras y las sujeté abiertas, rozando la piel de sus muslos hacia arriba, arañándola suavemente con el ...
... frío metal. Ella no podía más. Iba lentamente, haciéndola sufrir y disfrutar con la expectativa. Introduje mis manos entre el borde del tanga y su piel. Introduje las frías tijeras y le corte un triángulo de tela en la parte de delante. El tanga seguía sujeto a su culo pero ahora exponían su pubis y el inicio de su raja. Ella suspiraba y movía sus caderas por la excitación. Cogí la correa, la tense y le comí la boca, nos fundimos en un beso muy lascivo con nuestras lenguas jugando en su boca. Le metí un dedo en la boca y ella me miró con cara de guarra mientras lo chupaba como si fuera mi polla. Deslice el dedo por su escote, rozando sus pechos. Pasando por encima de la camiseta por su tripa, llegué al pequeño arbusto de vello que tenía en el coño, lo acaricié y llegué a su raja, a su clítoris, lo pase como si nada mientras ella suspiraba hasta llegar a la entrada de su vagina, donde lo introduje sin mucho problema ya que se encontraba empapado, lleno de jugo y muy caliente. Ella suspiro y dijo: Esther - Por dios cómemelo Juan - No, vienes sin depilar, no te lo has ganado, no vienes lo suficientemente arreglada como para que te coma tu coño. Cogí la maquinilla de afeitar y ella se tensó. Encendí la máquina y la acerque a su pubis, lentamente. Ella me miraba nerviosa. Le rasuré todo el pelo dejando su coño calvo, y lo repasé con la cuchilla hasta dejarlo bien suave y ella excitada lo contemplaba todo desde arriba, atada sin poder moverse, medio desnuda. Su coño brillaba por la ...