1. El jefe y la secretaria


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Poesía Erótica, Autor: Pequeñamorbosa, Fuente: CuentoRelatos

    Entro al baño pensando lo que me acabas de hacer, mientras estoy aseándome lo más que puedo y me voy enfadando por momentos, encima de que no me dejes volver a ponerme mi ropa interior ¡voy hecha un desastre!
    
    Me siento sucia después de tanto sexo y me encuentro incomoda por tu puta manía de dominarme cada vez que te plazca sin importarte lo que haya que hacer después...
    
    Enfadada salgo del baño y me dirijo a tu despacho en el que estas relajado esperándome.
    
    Entro dando un portazo y te vas sentando con una ceja levantada, me cruzo de brazos e indignada.
    
    —No pienso ir a ningún lado.
    
    —Sí, vas a ir.
    
    —No, no me da la gana y me importa una mierda que te enfades.
    
    —Esa boca...
    
    —Me niego a ir con estas pintas, voy hecha un desastre con la ropa arrugada y manchas, no.
    
    —vas con pintas de estar bien follada.
    
    ...te estas aguantando la risa, y eso hace que me enfade más.
    
    Me ruborizo al pensarlo y tienes razón, pero eso no quita que siga enfadada.
    
    —pues me da igual, no voy y es lo que hay.
    
    —¿no tienes nada para cambiarte?
    
    —si tuviera, ¿crees que estaría aquí peleando??
    
    —Mira, ya tienes una excusa para ir dejando una muda para casos de emergencia.
    
    Tu tono de broma y burla me sacan de quicio y me muerdo la lengua para no decir todo lo que se me viene a la cabeza.
    
    —Tienes 1 h. Pero venir, vienes, tu sabrás lo que haces....
    
    Me doy la vuelta y salgo por la puerta dando otro portazo, te miro a través de los cristales riéndote a carcajadas y te ...
    ... saco el dedo del medio de la mano riéndome falsamente...
    
    Cojo el bolso y voy rápidamente a buscarme algo decente antes de que cierren o peor tenga que ir así.
    
    En 10 minutos ya estaba como lista.
    
    Como hace buen tiempo me he comprado un vestido de gasa fruncido a la altura del muslo estampado de flores y unas sandalias de verano bajitas.
    
    Claro está, sigo sin ropa interior por culpa del energúmeno de mi jefe, pero como me vuelvo a enfadar decido vengarme y pasármelo bien un ratito a costa tuya.
    
    Llego a la puerta de la oficina y ya me estas esperando, me miras de arriba abajo y señalando el vestido me dices que si no me parece que enseña demasiado.
    
    Haciéndome la tonta te digo que no me había dado cuenta...
    
    —sube al coche.
    
    —Voy, borde.
    
    Y me miras de manera que hace que me calle de golpe, pero pensando en mi juego.
    
    Ya dentro del coche me maquillo en el espejo, mientras tu conduces.
    
    —la ropa interior? —me dices.
    
    —oo! Se me olvidó... —y te saco la lengua divertida.
    
    Te ríes y alargas la mano a mi muslo y de un manotazo te la aparto.
    
    —no me dejas que te toque?
    
    —Cuidado jefe, va conduciendo.
    
    Pero sigo con mi juego y al echarme hacia atrás dejo que una tiranta del vestido caiga casi enseñando el pecho.
    
    Y me miras de reojo y aprietas el volante.
    
    Estamos casi llegando y me atrevo a acercarme a tu oreja morderte un poco y lamerte el cuello.
    
    Se te escapa un suspiro y como no me riñes me pego más apoyando la mano en tu muslo muy cerca ...
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