Viajando en el tiempo (8) Final
Fecha: 19/04/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... se movió adelante, repitiendo los movimientos cada vez más deprisa, hasta que él se puso en marcha, sincronizando sus movimientos.
Enseguida empezó a gemir gracias al nuevo placer que venía desde su culo.
-MMMM. Más duro. Deme más duro. Oooohhh,
Él aceleró los movimientos, deteniéndose solamente unos segundos para dar fuertes palmadas en el culo que provocaban contracciones en su ano que le resultaban sumamente placenteras.
No quería correrse demasiado rápido, por lo que se detenía de vez en cuando, metía su mano por delante hasta alcanzar el coño y le acariciaba el clítoris unos segundos. Luego volvía a moverse con rapidez y volver a detenerse para darle unas buenas palmadas.
Eva no pudo aguantarlo mucho y pronto sintió que se acercaba un nuevo orgasmo.
-OOOHHH. SIIII. MAAAS. MAAAS. ME CORROOO.
Él siguió enculándola hasta que terminó su placer, entonces aceleró más sus envestidas y anunció el suyo.
-SIII. YO TAMBIÉN ME CORROOO.
-Espere. Córrase en mi boca, señor, en mi boca.
Él sacó la polla y ella se dio la vuelta con rapidez, al tiempo que se arrodillaba abriendo la boca. Nada más tocar suelo, se la metió hasta el fondo, y tras dos clavadas más, presionadas con la lengua, se corrió en su garganta.
-OOOHHH. ¡Qué gusto! Has sido la mejor puta que hemos tenido. AAAHHH.
Cuando Eva se la dejó bien limpia, él se subió los pantalones y volvió a su lado de la mesa, mientras la invitaba a sentarse de nuevo.
Estuvieron hablando unos ...
... minutos. Le preguntó qué hacía cuando la recogieron, ella dijo el lugar. Él le contó que se iba de vacaciones un determinado mes del verano, que las pasaba en una población, cuyo nombre también le dijo, porque tenía una playa nudista donde pasaba las mañanas y una larga calle peatonal por donde paseaban todos los turistas y visitantes, con muchos bares y terrazas a pie de calle, y donde le gustaba sentarse a tomar unas cervezas viendo pasar a la gente.
Les interrumpieron para entregarle unas notas, facturas de hoteles, fotos y unos dvd’s. En las notas le resumían el contenido de los discos, que abarcaban sus siete años de matrimonio, hasta la noche siguiente al día de su regreso, lleno de infidelidades de su esposo, los lugares, las mujeres y las imágenes de todo ello.
Pidió consejo a su entrenador, que como es normal, le aconsejó que se divorciase. Ahora iba a ser una mujer rica y no lo necesitaría para mantenerse ella y su hijo, además de poder pagarle unos buenos estudios.
Tras esto, se despidieron con un suave beso en los labios, aunque Eva hubiese deseado algo más intenso.
Luego ella pasó por última vez por la peluquería y vestuario, donde le dejaron la misma imagen y vistieron con las mismas ropas que cuando llegó.
Fue llevada a la máquina una última vez. En una mano su bolso con las pertenencias personales que llevaba cuando llegó. En la otra, un maletín conteniendo algo más de 150 mil euros, las joyas y regalos que le habían dado y un billete para un sorteo ...