1. Viajando en el tiempo (8) Final


    Fecha: 19/04/2018, Categorías: Incesto Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... empujón.
    
    -OOOOHHHH. Siiii. Qué gusto, señor.
    
    Pasó los brazos alrededor del cuello de él clavando los duros pezones en su pecho, frotándolos al compás de los movimientos de la follada.
    
    Con la droga que ponían en sus comidas, ya se habría corrido un par de veces, pero ahora el placer era distinto. No era un follar sin más. El hombre se movía despacio por el interior de Eva y le producía estremecimientos de placer.
    
    La polla le entraba sintiendo centímetro a centímetro su recorrido. Sus medidas, sin ser de las más grandes que le habían metido, llenaban con creces su interior, y eso añadía un plus a sus sensaciones de placer
    
    Desde el principio, le encantaba cómo la follaba ese hombre. No era solamente follar: le hacía el amor y eso la volvía loca.
    
    Él se echó ligeramente atrás, separando ambos cuerpos para darle un profundo beso sin detener la penetración. Eva se sorprendió, pues nunca la había besado, pero enseguida se entregó a él.
    
    Cuando él interrumpió el beso, intentó continuar, deseosa de más, pero se separó y la hizo recostarse sobre la mesa. No sintió el frío en su espalda, y menos cuando se inclinó sobre ella y empezó a lamer sus pezones uno tras otro, a subir a su cuello y lamerlo hasta el lóbulo de su oreja, negándole un nuevo beso al pasar por sus labios para acceder al otro lado de su cuello.
    
    Su polla no paraba en su movimiento de vaivén de corto recorrido dentro de su coño. Deseaba más. Subió sus piernas hasta apoyárselas en los riñones. Quería ...
    ... sentirla hasta lo más profundo de su cuerpo, pero él se dedicaba a sus pechos, y sobre todo a los pezones.
    
    Volvió a levantarla hasta dejarla sentada en principio, para seguidamente despegarla de la mesa, quedando ella abrazada a su cuerpo con los brazos por el cuello, con las piernas por la cintura y con la polla en el coño impidiendo que resbalase hacia abajo.
    
    En esta postura, la hizo botar sujetándola por los cachetes hasta que movió el dedo y se lo metió por el culo. El resultado fue que estalló en un intenso orgasmo.
    
    Él no se corrió. La mantuvo abrazada hasta que se relajó de tan intenso placer, luego la dejó con suavidad en el suelo, la hizo recostarse boca abajo sobre la mesa y se puso a acariciar su ano.
    
    Mojaba primero un dedo, luego dos y al final tres, en su empapado coño, y con ellos frotaba su ano e iba introduciéndolos despacio y uno a uno, para que fuese dilatando. La elasticidad seguía manteniéndose, por lo que no le costó mucho dejarla preparada para follárselo.
    
    Ella no había perdido toda su excitación, y con estas acciones volvía a estar excitada, sin que él cambiase de ritmo o acciones.
    
    Por fin, con una buena dilatación, apoyó la punta en la entrada de su ano y procedió a introducir, primero la cabeza y luego el resto, despacio hasta tenerla completamente dentro.
    
    A pesar de no ser necesario, se mantuvo unos segundos esperando que se acostumbrase.
    
    Fue ella misma la que inició el movimiento, empujando hacia atrás para hacer hueco y luego ...
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