1. El Baldío y El Mirador. 8ª parte.


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... veían cómo mi pene se iba balanceando de un lado a otro. Así que llamé a la más bajita de todas que por cierto se llama Paola, la ubique con cuidado sobre la mesa, “mis diablillas” y las demás se fueron a sentar en los bancos para observar lo que ellas ya se imaginaban, Paolita tu déjate llevar por mí, si sientes dolor que no soportes me avisas y me retiro de ti, ok, ¡sí señor, yo le digo!, me abrió sus piernitas para ubicarme entre ellas, mi mirada se centró en esa delicada vaginita con escasos vellitos, la cual vi muy pequeña para penetrar, pero Liliana me dice ¡métesela, Pao ya come!, así que con cuidado le separé sus pétalos inferiores con mis dedos y con la otra mano coloqué mi puya, Paola ya estaba lubricada, mi glande fue absorbido lentamente, y seguía su camino dentro suyo, no había dolor en esta chica, así que fui más adentro, sin sentir ella albergaba en su totalidad mi masculinidad, en ese momento me imaginaba a Miriam que me come todo cuando se lo hago, entraba y salía de una manera cuidadosa, de momento ella comienza a alzar su cadera y a bajarla, sólo unos minutos la tuve bien penetrada y llamé a otra de ellas, le dije que se acomodará igual que Paola, ya una vez que se había retirado el bikini, me salí de Paola, quien no me soltaba ya que sus piernas las entrelazó en mi cintura y me tenía encerrado dentro de ella, en eso aflojó sus piernas y me pasé a su lado con Vianey una de las culoncitas que me llamó la atención, me abrió sus piernas e igual con calma le ...
    ... fui ubicando mi cabeza de hongo y comencé a penetrar hasta que ella solita se afianzó a mis brazos que sostenidos estaban de la mesa y se jaló hacía el encuentro interno de nuestros sexos, esta nena en cuestión de unos segundos ya me tenía enterrado en ella, ¡qué calidez me brindaba su breve intimidad!, y que lubricación se sentía en el cuerpo de mi pene por las entradas y salidas que le daba, igual que a Paola unos minutos para que le hiciera una seña a otra de ellas de nombre Marina y lo mismo estas nenas estaban ya con un buen tiempo haciéndolo antes de mí, ya que no había quejas, solo gemiditos y pujidos al inicio, pero de ahí para adelante ellas solas se sabían mover, obvio no cómo mujeres, pero sí a su manera, pasó lo mismo que mis “diablillas”, me pasaba de vaginita a vaginita, creo que esta vez fue más tiempo el que duré penetrándolas, al final las regué de leche abundante en sus cuerpitos, pareciera de fantasía o de una mente perversa, pero entre las seis que eran observadoras se fueron a lengüetear mi esperma de los cuerpecitos de Paola, Vianey y Marina, yo sólo apendejado miraba esas acciones que ellas hacían, ¡sin que yo les dijera que lo hicieran! Eran las casi 4 de la tarde y me fui a recostar a una se esas sillas de alberca que se hacen camilla y el sueño me fue venciendo, de ahí me despertó una de ellas y me dijo que ya estaba lista la comida y fui con ella al comedor, donde ya las demás me esperaban para degustar las artes culinarias que ellas habían cocinado, ...
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