Mi linda sobrina
Fecha: 23/04/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mi
sobrina aparentaba mantener una fuerte relación de dependencia con ella. Un día,
ante mi sorpresa, me contó con cierta desgana que le había hablado de mí a
Elena, que le había dicho que era muy majo y muy experto y que ella le había
preguntado si podría tener algún tipo de encuentro conmigo.
Yo, pasado mi escándalo inicial y a pesar de que el asunto no parecía hacerle
mucha gracia a mi sobrina, no pude o no quise negarme. El ostracismo de mi vida
actual inspiraba que la idea de tener una relación, por mínima que fuera, con
una quinceañera supusiera un mundo por descubrir.
Mi sobrina organizó muy a su pesar una cita en un cine próximo al colegio de
ambas, donde podríamos encontrarnos los tres porque había un pase de película a
la hora de comer, único periodo durante el cual podían ausentarse del colegio.
Era la única posibilidad de tener un encuentro porque su amiga tenía que estar
en casa después de la escuela. Quedamos en que yo las esperaría a la puerta del
cine, ya que Elena no se atrevía a ir sola y entraríamos dentro. A esa hora no
solía haber casi nadie en la sesión.
Así lo hice y al poco de esperar en la entrada vi aparecer a mi sobrina con su
amiga. Ambas vestían el uniforme del colegio, una blusa blanca cerrada con un
corbatín y una falda gris de tablas. Llevaban calcetines hasta la rodilla,
porque no les permitían vestir medias enteras, y unos insulsos mocasines.
Aunque ambas tenían la misma edad, su ...
... físico era muy dispar. Elena era más
agraciada que mi sobrina, era un poco más baja y un poco más gruesa. Aunque
probablemente, cuando creciera, sus curvas empezaran a suponerle un problema, a
los 15 lucía un pecho precioso suficientemente desarrollado y tenso y un trasero
prieto y formado, atractivo porque todavía no había ensanchado las caderas en
exceso. En contrapunto, mi sobrina era más alta, delgada y larga de piernas.
Lucía una cintura infinitamente más estrecha que la de su compañera y era
evidente que en 10 años su cuerpo estaría a años luz del de Elena, pero en la
actualidad sus pechos eran muy pequeños y era menos bonita de cara. Tenía los
ojos grandes y la boca atractiva, con labios suficientemente gruesos, pero le
afeaba un poco la nariz.
Los tres estabamos algo nerviosos por la situación. Entramos en el cine sin
saber muy bien qué iba a pasar y nos fuimos directamente a la fila de atrás. Yo
me senté con mi sobrina a mi izquierda y su amiga a la derecha. Más allá estaba
la pared.
Comencé a acariciar el cabello de Elena con cierta premura y, sin más ceremonia,
acerque mis labios a los suyos, dándola tiernos besos. Cuando creí ganada la
intimidad, los humedecí con la lengua y ella, instintivamente, los abrió, pero
cuando mi apéndice traspasó el umbral de su boca me encontré con sus dientes, no
suficientemente abiertos. Me esforcé por empujar y mi lengua se coló entre ellos
alcanzando el tacto húmedo del ...