EL INICIO CON MI MADRE III: SIN RIESGO NO HAY GOCE - Relatos Eróticos

EL INICIO CON MI MADRE III: SIN RIESGO NO HAY GOCE

... crujir del sillón y gemidos apagados de mi tía hasta que terminaron su faena y pasaron a retirarse de la casa – para mi empezaría mi verdadera faena. Con las luces apagadas de la casa me dirigí hacia el cuarto de mis padres, teniendo la precaución de no tropezar con ningún objeto que pueda hacer ruido y sobresaltar a mis hermanos que dormían en los otros dos cuarto; llegue hasta el cuarto de mis padres y muy decidido a ingresar manipulo la manija y estaba con seguro – mi tía le había puesto seguro a la puerta--- me pareció que el mundo se me venía encima, tenía que buscar la manera de entrar al cuarto, busque las llaves y nada; era la ocasión perfecta y no me daría por vencido. Me dirigí hacia la ventana del cuarto que colindaba con el patio interior de la casa; aparentemente estaba cerrada, pero no era así , jale y esta se abrió, hice a un lado la cortina y en la oscuridad del cuarto pude visualizar tenuemente el cuerpo voluptuoso de mi madre enfundado en su bata al costado mi padre; ambos dormían la borrachera. Raudamente trepe la ventana e ingrese al cuarto, me quede quieto un momento para que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad; seguidamente que mi visión mejoro me acerque sigilosamente hacia la cama donde mis padres dormían, una vez que estuve muy cerca de mi madre pude visualizar su cuerpo voluptuoso que apenas era cubierto por su bata; muy suavemente comencé a tocar y recorrerlo desde los hombros hasta sus muslos sin encontrar la más mínima resistencia, con más ...

... confianza desabotone completamente la bata y quedo su cuerpo al descubierto, acto seguido mi mano se posó en la mata de vellos negros que cubrían su vagina, acto seguido comencé a estimular su rica vagina hasta que la sentí muy lubricada, para ese momento ya tenía una erección durísima, y estaba muy decidido a hacerla mía nuevamente, ya no había marcha atrás, lo único que me detenía era que mi padre ebrio estaba echado a su costado y en ese momento no había espacio para ponerme en medio de ambos; sin pensarlo mucho me desnude completamente, le entreabrí un poco sus torneadas piernas, lo necesario para ponerme entre ellas, muy lentamente acerque mi pene hasta su vagina y comencé a recorrer suavemente su raja con el glande, su vagina estaba muy lubricada entonces me recline hacia adelante muy lentamente pero no recargue mi peso sobre su cuerpo, todo mi peso lo recargue sobre mis brazos y piernas ( como si estuviera haciendo planchas) y en esa posición mi pene encontró el camino hacia el interior de la concha jugosa y caliente de mi madre; comencé a pistonear suavemente y rítmicamente mi pene dentro de la concha de mi madre, se sentía de maravillas deslizarme hasta lo más profundo; ella parecía disfrutarlo porque pude sentir que su respiración se agitaba y unos gemidos apagados salían de su boca; ya no podía detenerme y comencé acelerar mi bombeo hasta que eyacule en los más profundo de su vagina y deje mi pene hasta que se puso flácido y lo retire; una vez que termine los brazos ...