Alicia 15/25
Fecha: 24/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... había comido. Hicimos el viaje con las tres nenas en el asiento trasero, llegamos a la casita de las hermanas y nos tuvimos que escapar de la madre que se deshacía en agradecimientos por haber llevado a sus hijas de paseo. Mi reinita se trepó adelante y comentábamos acerca del agitado día, de los planes que deberíamos hacer para ayudar a mi empleador. Cuando estacionamos me dijo que el tema del supositorio era importante, me hizo recordar cuál era la zona donde mis ojos se posaban disimuladamente antes de iniciar lo nuestro. Quise reforzar los recuerdos tocando esa colita y metiendo un dedo por ese agujerito que había recibido el medicamento. Todo esto en un par de minutos, debíamos entrar a la casa. Nos acostamos y mi mujer estaba muy cariñosa, no paraba de mencionar a las nenas mientras me manoseaba fuerte la barra de carne, decía que nuestra hija estaba creciendo y era hora de explicarle algunas cosas, que la educación sexual impartida en el colegio era muy superficial. También expresaba preocupación porque ahora María sentiría necesidad de un hombre y los muchachos conocidos eran tontitos. Fui cayendo en el sueño sintiendo unas manos que masajeaban mi tronco, mientras pensaba hallar solución a todos los problemas que me habían comentado recién, sumado al problemita del supositorio. Llegó la mañana trayendo otra jornada laboral. Desperté un poquito tarde, mi nena ya se había puesto toda la ropa de colegio. Igual la besé por todos lados y casi le hago caer las gomitas del ...
... cabello. Cuando pude sacar las manos de su traserito nos dirigimos al colegio y la dejé salir corriendo a la puerta de entrada, casi era la hora del timbre. De vuelta en casa me puse a buscar el número de teléfono de Peñafiel, luego de unos timbrazos ya estaba por cortar pero atendió Margarita diciendo que su padre tuvo que salir a una reunión pero que regresaría hacia el mediodía, agregó que me podría pasar por la casa más temprano así le daba tiempo a mostrarme sus pinturas, que la vez anterior ni pudo mencionarlas. El viaje resultó muy rápido, casi no había tráfico y ya me hallaba llamando ante el portón, salió la chica con un vestido de entrecasa, al menos se había cambiado ese negligee del otro día, también su pelo estaba arreglado. Le estaba por dar por un beso en la mejilla y torció un poco la cara, ya dentro de la casa le pedí que me disculpase, que solamente pretendía saludarla, que era normal darle un beso a alguien. Bajando la carita ruborizada me dijo que estuvo fumando un cigarrillo a escondidas, que temía delatarse con el olor y que yo se lo contase al padre. Le aseguré que era natural tener miles de secretitos así y que mi boca estaba sellada. Agradecida me plantó un gran beso en cada mejilla y acercó su boca a mi cara, me pareció que estaba pidiendo ser besada pero me dijo que oliese su aliento, tenía razón: era delatador. Me llevó de la mano a su habitación que parecía un salón de baile, eran gigantes los ambientes de esa casa. Se puso a sacar muchos cuadros ...