Alicia 23/25
Fecha: 27/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... mamá la quería muchísimo y la mimaba demasiado, pero que la criatura buscaba más contacto con el padre, una persona siempre ocupada con sus negocios que pocas veces podía dejar a su hijita que se le trepe al regazo. Los únicos momentos lindos eran cuando se estaba bañando y la nenita entraba corriendo sin golpear siquiera. Se sacaba la ropita y la dejaba tirada en el suelo para meterse en la bañadera, sabía que el papito no se escaparía ahora, que no estaba ocupado con sus fríos números. El hombre se ponía a su espalda para que la criatura no le viese sus partes mientras la enjabonaba cariñosamente, le pasaba la esponja por todo el cuerpito y le hacía cosquillas gruñendo como si fuese el lobo feroz. Le contó a Margarita que esos momentos distendidos le hacían olvidar todo para jugar con su hijita. La nenita actual ya tenía pensamientos diferentes, acostadita sobre las piernas del padre trataba de recordar esos momentos, se imaginaba unas fuertes manos que le bajaban por la pancita y le pasaban una esponja por el bultito, imaginaba que la estaría sosteniendo por la espalda y dejando deslizar la mano quedaba agarrando sus nalguitas, que tal vez esos dedos querían meterse por la canaleta posterior y lavarla profundamente. Claro que solamente imaginaba pero no podía mencionar nada, estaba como distraída mientras una gran mano le acariciaba los cabellos y la carita. Le pidió que vaya a traer una crema de manos y le aplique la medicina de una vez, sonaba impaciente y el papá ...
... partió caminando como un robot, parecía que estaba jugando pero realmente trataba de disimular una molestia en su pantalón. Volvió con la crema y en pantaloncito deportivo, hacía calor y así estaba más cómodo. También traía un tubito de crema anestésica que hizo reír a la nena y decirle que el supositorio era una cosa pequeña, que no estaban por realizar una intervención quirúrgica. Se levantó el deshabillé hasta la espalda y le ofreció el trasero, unas temblorosas manos no sabían por dónde comenzar mientras con la vista recorría esas piernas que iban subiendo hasta convertirse en el montículo de una enfundada cola. Como la nena tenía la cabeza para el otro lado no podía ver una mano que bajaba a la entrepierna para apretarse y masajear su creciente erección. Solamente dijo "Apurate papito, meteme el supositorio en el culito". Su voz tenía un metálico tono médico, no sonaba erótica pero ambos sintieron un escalofrío que les recorría el cuerpo. Los grandes dedos se posaron en esa bombachita blanca y masajeaban en círculos esas nalguitas, el espectáculo era demasiado apetitoso para apresurarse. Cuando se notó que la demora no justificaba le tomó el elástico de la prendita bajándola lentamente, no se la sacó del todo dejándola por las rodillas. Parecía maniatada su hijita con esa tela que le impedía separar las piernas. Tomó esos globitos desnudos con ambas manos y nuevamente le dió masajes circulares, esta vez se abría la canaletita posterior cada vez que le separaba las nalguitas, ...