1. El carnaval


    Fecha: 29/04/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, me llamo Ramón, tengo 26 años llevo casado 4 y esta es la historia que me pasó en carnaval de Badajoz. Todo empezó con la visita para pasar las fiestas de la prima de mi mujer Adela. Mi mujer se llama Clara. Adela es una mujer muy atractiva, tiene 32 años y la verdad es que es despanpanante, la describiré un poco. Es morena de pelo largo liso y grandes ojos marrones. Es muy guapa de cara, aniñada y de facciones muy femeninas, mide 1,66 y sus medidas son espectaculares. 115-60-90. Como podéis comprobar sencillamente bestial. En fin, todos los años nos visita en carnavales, le gusta mucho esta fiesta aquí. Mi mujer, Clara, no le va a la zaga. Es guapa, joven, coqueta, atrevida y siempre está sonriendo. Clara es rubia teñida, pelo ondulado ojos azules y sus medidas no le van a la zaga a la de su prima Adela. 1,62 100-58-92. En esas fechas estoy prácticamente empalmado todo el día y lo digo porque se pasean por el piso semidesnudas. Llevaban tiempo diciéndome que querían disfrazarme de mujer, que daría el pego...yo la verdad nunca me vi, pero ante la insistencia de mi propia esposa, accedí con la condición de que no se pasaran demasiado en el disfraz. Bueno lo cierto es que después de tantear mucho un día llegaron a casa con una caja de la cual sacaron tres disfraces de enfermera. Se lo tomaron tan en serio que me depilaron entero, aunque la verdad no soy de mucho vello. Me hicieron las cejas y me maquillaron, después me vistieron con todo tipo de detalles, incluso me ...
    ... hicieron ponerme unas tangas. Para resumir, el día que salimos por la puerta del piso íbamos los tres como tres enfermeras de verdad. Eso sí, la más sexy era yo. Parecía una mujer, entre la peluca de buena calidad y la ropa que llevaba me sentía como una mujer más al lado de ellas. Incluso me habían puesto un perfume que suele usar mi mujer y que me encanta. Opium. Salimos por las calles de Badajoz tomando copas, y enseguida me di cuenta que la mayoría de los hombres nos miraban mucho. Los chicos más jóvenes nos lanzaban piropos sin reparo,pero con la gracia que acarrea la fiesta del carnaval, es decir, sin faltar el respeto. Pasaron las horas y por algún motivo vi a Adela y a mi mujer Clara algo excitadas, yo era el centro de atención de las dos hermosas mujeres. A mi mujer siempre le había atraído eso de cambiar los papeles, pero he de reconocer que jamás lo habíamos hecho. Llegada la noche y cargados de alcohol, nos vimos inmersos en una bacanal por todo lo alto en la fiesta del carnaval, perdimos el control y nos pusimos a bailar descontrolados por completo en una discoteca. Fue en ese sitio cuando ocurrió algo que iba a cambiar el trascurso de las fiestas. Sentados en un rincón Adela se me avalanzó por sorpresa y me beso introduciendo su lengua sutilmente. Mire a mi mujer desconcertado pero Clara lo único que hizo fue dar un trago a su copa y recostarse hacia atrás para mirar. No pude resistir sentir los enormes pechos de Adela sobre los míos artificiales pero muy bien ...
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