1. Experiencia erótica de una atea con su ángel guardián


    Fecha: 07/05/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo dijiste?
    
    -No lo sé, desde que vengo aquí me siento tranquila, sin presiones de mi marido e hijas pero ahora con eso de la tesis ya no puedo más, desde niña tengo este problema.
    
    -Bueno, ahora mismo se te terminan. Te lo prometo. Desnúdate. Recuéstate en la alfombra mientras preparo todo ya verás que no arrepentirás ya verás que tu mal desaparece completamente.
    
    No dudo por un momento luego frente a mí se despojó de sus vestiduras ya que veía en mi absoluta sinceridad, lo que ella no sabía que la malicia y el deseo de poseerla se apoderaban de mi ser pero no lo demostraba. Nunca la había visto tan deliciosa ya que siempre se vestía con trajes que ocultaba su cuerpo. Ella escondía su cuerpo como su ser interior. No era una de esas mujeres que te quitan la respiración pero si bien formada de cuerpo estilizado, busto mediano, cónico, vientre plano sin vestigios de haber parido tres hijos, amplias caderas, abultado pubis con parado trasero y esculturales piernas, con piel marrón, cabellos cortos negros y ojos más negros que su cabello.
    
    Ambienté mi cubil para el masaje y para hacerla mía.
    
    -Recuéstate boca abajo-dije- Lo hizo sin dudar. Veía en ella a una madre y esposa mujer supuestamente experimentada pero sumamente ingenua y de ello me aproveche. Mientras gustaba de su cuerpo y me excita unté su cuerpo con aceites poco a poco fui amasando con firmeza sus hombros, espalda, brazos, nalgas, a ellas las di un buen masaje con ímpetu sabiendo que es el punto débil de ...
    ... toda mujer. Toque su entrepierna y su conchita sentí que ella se distendía que poco a poco todo su estrés se diluía por lo que no me tuve acariciando todas las partes de su cuerpo mientras le decía: Tranquila déjate llevar por lo sientes y ella lo hacía. Su cuerpo era fuego vivo. Todo dispuesto a mi acción. Sentía su respiración entre cortada, cadenciosa que me decía que le gustaba. Olí su cuerpo excitado y vi sus jugos salir de su madre. Hice que se torne. Contemplé su busto que me pedía que me haga de él y lo hice dándole masajes muy delicados, toque sus pezones y les di besitos continué mi tarea con su vientre con mis manos y boca. Llegué al punto crítico su pubis lo besé delicadamente que estaba poblado de abundante bello. No me impidió, se dejó AMAR. Se entregó toda a mi acción. Mi Boca llegó a su cofre que me decía: más, no te detengas, lamí sus labios, chupe su clítoris que se irguió cuan falo. No me detuve hasta cuando ella empezó un frenético movimiento de sus caderas cómo pidiendo más y más le di. Su cuerpo hervía de excitación. Yo esperaba los típicos gritos contradictorios de que, pare, o el contradictorio de que continué pero no lo hizo, silenciosamente tuvo el mejor orgasmo de su vida, realizado por otra mujer sin necesidad que un falo la introduzca. Nos amamos muchas veces con la pasión que dos hembras saben hacerlo. Yo siempre fui quien la excitó e hizo lo que yo deseaba. Yo siempre hice el papel de macho dominador. Ella mi objeto sexual. Se graduó con las ...
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