1. Los amigos de mi mujer (1)


    Fecha: 14/05/2018, Categorías: Confesiones Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... figura y guapa señorita, se acercó al vernos entrar.
    
    -¿Puedo ayudarles en algo? –dijo con tono comercial y confidente…
    
    -Verá… nosotros venimos buscando algo, que nos dé un poco de morbo en la cama, -dije tratando de aparentar una experiencia, que en realidad no tenía…
    
    -¿Es para ella…o para usted? –dijo siguiendo con el mismo tono.
    
    Me sorprendió un tanto la pregunta… -¿Para mí…? No…bueno, para los dos… ¿no, cariño?
    
    Marta esbozó una sonrisa casi forzada, a causa de la situación, y, señalando un pene de látex de la estantería, dijo:
    
    -Nosotros ya tenemos un vibrador como este, más o menos…
    
    -Pues entonces, les sugiero que prueben nuestro artículo estrella… -dijo tomando del expositor un artilugio un poco extraño.
    
    -Se trata de un pene rotativo, con un vibrador para el clítoris. Cada uno de los mecanismos tiene un motor independiente, con dos velocidades de rotación y también de vibración, además, esta zona del pene, -dijo señalando con su índice- está provista de un relleno granulado, que, al rotar dentro de la vagina, estimula el punto "G", causando una sensación de lo más placentera. También tiene en el extremo del vibrador, unas terminaciones en forma de orejitas de conejo, cuyo objeto es estimular el clítoris directamente… nosotras le llamamos "el conejito"…
    
    Al decir esto, puso en marcha ambos mecanismos, y, el pene comenzó a describir rotaciones en ambos sentidos, alternativamente, según iba accionando los pequeños botones. Al poner en marcha el ...
    ... vibrador, nos pidió que extendiéramos la mano, con la palma hacia abajo, y acercó las orejitas al dorso de nuestras manos.
    
    Un escalofrío recorrió el cuerpo de Marta, al igual que me ocurrió a mí, al recibir la caricia, y, en ese momento, supe que el círculo de "amigos" de Marta iba a crecer de inmediato…
    
    -Pero… ¿seguro que esto funciona…? –dije tratando de aparentar un poco de indiferencia...
    
    -Señor, todos los productos de la tienda son probados por nuestras dependientas, de forma que cuando explicamos sus cualidades, somos perfectas conocedoras de sus virtudes.
    
    Al decir esto, apoyó sobre el dorso de su mano las orejitas, y sus ojos brillaron de forma especial, su lengua, pasó casi inadvertidamente por sus labios, y tragó saliva. Estoy seguro de que, su memoria estaba rebobinando alguna escena pasada con "su amigo" e, involuntariamente, su boca y ojos le traicionaban ante nosotros.
    
    -Creo que nos llevaremos este juguete, ¿no, Marta?...
    
    -Lo que tú quieras… -respondió ella con voz tenue.
    
    -No se arrepentirán, -dijo- yo tengo uno exactamente igual, bueno,… un tamaño mayor… como éste, -dijo tomando otro más grande del expositor.
    
    Traté de imaginar la escena de la vendedora, aplicándose un masaje, o sea, masturbándose con el imponente aparato, y en mi cabeza no terminaba de entrar tanto pene, como ella aseguraba disfrutar, pero, si ella lo decía…
    
    -Este tamaño estará bien… -dijo Marta, señalando el primero que nos había mostrado la dependienta.
    
    Supuestamente, ...
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