1. Hijos del Diablo... (2)


    Fecha: 15/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el fabuloso garrote de su primo por entre sus propias piernas. Debió ser una escena surrealista el ver a esta guapa muchacha, sobar lo que parecía su propio pene, el cual emergía de sus divinas y bien cuidadas piernas. Después de un rato Jaime la volteó hacia él y se besaron y agasajaron un buen rato mientras él desnudaba a su prima completamente. Dice que le estuvo chupando sus pechitos, que se los metía completos en la boca, que los tiene muy firmes y sabrosos, también muy cuidaditos.
    
    Que sentó a Lucy en el sillón y le pasó la vergona por toda la cara, pero que tampoco se la pudo meter en la boca, somos de boca chica en la familia, pero que tiene la lengua más larga que la mía y que le dio muy bien con ella a lo largo de todo el tubo del miembro y que sentía muy rico cuando ella le lamía los huevitos con esa lengua tan larga. Después de un rato él se sentó en el mismo sillón y ella hincada, le estuvo chupeteando la cabezota y lamiendo el fierro un buen rato hasta que se vino en grande en la cara de Lucy, que ella sabía cómo hacerle para comerse la lechita y para limpiarle todo el pene y el abdomen con su juguetona lengua sin dejar ni una gota de semen , pero que no le quiso contestar dónde y con quién aprendió, cuando él le preguntó después que estuvieron platicando cuando terminaron. Yo sólo me hice la desentendida, no le quise comentar que ella también tenía relaciones incestuosas con su papá.
    
    Comentaron que era difícil meterse la cosota de él en la boca, que la ...
    ... tenía demasiado grandota. Que era difícil encontrar a una chava que le cupiera semejante vergota. A lo que Jaime le dijo que él pensaba que sólo a algunas compañeras de su clase les calculaba que sí les cabría y divertidos empezaron a descartar.... hasta que él mencionó a Karla. Lucy le contestó divertida que no jodiera, que sólo era una niña de 11 años, pero él le respondió que si no se había fijado en su boca. Lucy, meditando, respondió que tal vez, pero que no creía. Jaine le dijo también que esa niña era muy fisgoncilla, que siempre andaba viendo a la parejas de novios del barrio cuando fajaban y que varias veces la había sorprendido embebida mirándole a él, el bulto; que incluso en una ocasión se la había enseñado ahí en la casa de Lucy, dejando la puerta del baño entreabierta, sabiendo que ella iría a espiarlo, como lo hizo, pero la niña al ver semejante bestia se echó a correr y se fue a su casa.
    
    En eso estaban, platicando, cuando tocaron a la puerta. Era Karla, su vecinita a quien Lucy le ayudaba con sus tareas de matemáticas por las tardes. Lucy se vistió rápidamente y Jaime se puso el boxer y se tumbó en el sillón haciéndose el dormido. Karla entró y no le extrañó ver a mi hijo acostado en la sala, pero si le sorprendió ver a mi sobrina vestida con ese short tan chiquito. La niña se sentó en la mesa del comedor y abrió su libreta, mientras Lucy parada a su lado, revisaba la tarea que le habían encargado, viendo como Karla veía de reojo a escasos centímetros de su ...
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