Con el camionero puta por un día
Fecha: 18/07/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: insaciable, Fuente: CuentoRelatos
... idea.
Finalmente mi estado emocional de aquella mañana hizo el resto. Me volví bruscamente y me encaminé hacia el hombre mirándole fijamente a los ojos. Cuando llegué a la altura del camión miré hacia todos lados para asegurarme que no había gente en esa calle, tenía muchas ganas de estrenar mi vagina culeando con otro hombre sin que supiera mi marido, muchas veces había intentado culear con otro pero no había oportunidad de hacerlo, una vez en la casa ya me iban a culear cuando llegó mi marido, el hombre se quedó con todas las ganas de meterme su verga en mi vagina, se quedó con las ganas de probarme, tuve que esconderlo en el cuarto de pilas al fondo de la casa para que se pusiera la ropa y viera como salía de la casa mientras entretenía a mi marido, por eso no quería perder esta, aquel tipo, sin decir una sola palabra abrió la puerta del vehículo y me invitó a entrar en él. Lo cierto es que todavía no sé cómo pude reaccionar de esa manera, pero lo cierto es que cuando me quise dar cuenta me encontraba sentada al lado del camionero.
Entonces los siguientes acontecimientos se precipitaron como la pólvora. El hombre cerró la puerta tras de mí, corrió unas cortinas rojas a todo lo largo de las ventanillas de la cabina y comenzó a besarme en los labios. Yo mantuve una mínima resistencia, tras la cual abrí mi boca y le ofrecí mi lengua. El camionero sacó la suya y nos dimos un primer morreo. Mientras me llenaba la cara y los labios de saliva una de sus manos se deslizó ...
... por debajo de mi blusa y empezó a acariciarme las tetas, mientras que con la otra me desabrochaba el vaquero. El muy cabrón sabía perfectamente tratar a una mujer excitada.
Al mismo tiempo yo le bajé la cremallera del pantalón, le saque la polla fuera y empecé a masturbarle. Aquel trozo de carne comenzó a crecer entre mis manos alcanzando un tamaño y un grosor considerables. En menos de diez segundos su rabo estaba duro como el cemento. La tenía bastante más larga y gorda que mi marido, lo que me produjo aun mayor excitación, pensaba en cómo me iba a entrar semejante verga en mi vagina, lo que tenía que aguantar que me entrara. En un momento dado, el hombre cogió con fuerza mi cabeza y me la colocó entre sus piernas. Yo obedecí con agrado, abrí la boca y comencé a chuparle la polla.
Al cabo de unos minutos el hombre me retiró y comenzó a desnudarse por completo. Yo me quité el vaquero, ya que la blusa había desaparecido en el magreo por arte de magia. Cuando aquel tipo se percató de que no llevaba bragas, me sentó encima de él violentamente. Apuntó su estaca entre mis labios vaginales, me la clavó hasta el fondo y comenzó a follarme con una fuerza increíble. Su enorme polla bombeaba mi coño sin parar, a un ritmo frenético. Tanto fue así que, cuando quise darme cuenta, me sobrevino el primer orgasmo.
Aquel tipo era una máquina de follar, por la posición en que estábamos me dio también una buena mamada de tetas. Parecía no cansarse y controlar la situación con habilidad, ...