Cuando mi papá bebía (Segunda parte)
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Catiremajo, Fuente: SexoSinTabues
... su ombligo y mientras sus ronquidos me indicaban que estaba bien dormido me prendí a mamar como me gustaba. Ahí estaba yo, parado entre las piernas desnudas de mi papá que colgaban de la cama, inclinado sobre su pelvis mamando como un becerro hambriento su verga que esa noche decidió ponerse erecta. Mamé, lamí, y succioné con desesperación, como sediento de esa tierna leche que me había dado la vida hace menos de diez años. Rodeaba su verga con mi manita blanca y le puñeteaba fuerte como mi abuelo me enseñó que debía hacerse cuando no había mucho tiempo para nuestros juegos. Fui tan desesperado o lo hice tan enérgicamente que lanzó un gemido como de desaprobación: - HMMM…! HMMM!!!!! Dijo mientras con los ojos bien apretados se iba doblando sobre su abdomen como queriéndose levantar. Yo me espanté y vi venir la tragedia pero nada de eso pasó… el alcohol le impedía abrir los ojos siquiera y mi papá volvió a caer desplomado sobre la cama. Yo no sabía si me había visto o no, su gemido fue un ¡Nooooo, noo! Pero por la borrachera no había podido ni pronunciarlo y yo no sabía si me había descubierto mientras me comía su deliciosa polla paternal o sólo fue una reacción instintiva. Salí corriendo del cuarto y lo dejé tumbado con el bóxer a medio vientre y las piernas abajo. Ese mismo fin de semana volvió a beber y repetí el mismo ritual para desvestirlo. Sus ronquidos fueron tan inmediatos como siempre y yo temblaba pero las ganas de olerlo, tocarlo y chuparlo eran inmensas. Masajeé ...
... su paquete dormido mientras esperaba que roncara más estrepitosamente pero mi impaciencia me hizo volver a sacarle la verga flácida y la engullí. Su verga dormida reposaba inerte dentro de mi boca y descansaba sobre mi lengua, succionaba y la estiraba con mis labios que atrapaban su glande y la volvía a meter. Quien ha mamado una verga dormida sabe perfectamente de lo que hablo. Repetí esa operación varias veces y su verga comenzó a responder, yo debía ser más astuto que la vez anterior así que mientras mi corazón latía como queriéndose salir de mi tórax, suministré mis mamadas de forma calmada y constante. Se puso dura mientras chupaba y sin acelerar el ritmo mantuve la mamada una y otra vez. Roncaba y soltaba gemiditos como cantando – Jmmm jmm jmmmm. Supuse que soñaba que la más morbosa de sus putas le estaba comiendo esa hermosa vergaza blanca y derechita y ahí estaba yo, su hijo de nueve años, la puta más jovencita de su casa mamando suave, pausada y serenamente, esta vez sin desesperar. Movía su cadera suavemente de un lado a otro como queriendo safarse y yo continuaba mi felación pacíficamente ignorando su intención. Mamé, mamé y mamé sin meter mano, sólo mi suavecita y cálida boquita de niño. Mi saliva escurría por su verga y chorreaba por sus huevos, con mi manita la embadurnaba para sobarle los huevos suavecito suavecito. Abrió la boca y dijo – Aaaahahahaha… y siguió roncando. Sí, era yo el mejor mamavergas de nueve años gracias a las lecciones de mi abuelo. Seguí ...